Campas 2023: la importancia del Internacionalismo

Del 22 al 28 de julio, Francia acogió de nuevo las campas de jóvenes de la Cuarta Internacional. Muchas cosas han cambiado desde las primeras, hace 40 años, y las nuevas generaciones plantean nuevas cuestiones. Pero el objetivo de las campas sigue siendo el mismo: reunir a jóvenes camaradas de toda Europa, vivir el internacionalismo y compartir la experiencia y los análisis políticos de la lucha de clases.

Tener una perspectiva internacional y adoptar una actitud abierta hacia las nuevas generaciones de militantes es una tarea permanente para lxs marxistas. Pero sólo una pequeña parte de nuestra actividad crea realmente esos espacios y los sitúa en el centro de nuestra militancia. Así, el campamento sigue siendo una experiencia única.

Formación teórica y práctica

Los temas principales de las campas van cambiando con las nuevas generaciones. Hace 15 años, la ecología y el clima empezaron a recibir especial atención. Hoy figuran entre los temas principales y se integran en los debates políticos de los demás temas. Las campas comenzaron con el tema "Capitalismo, crisis del sistema y construir el ecosocialismo", una respuesta concreta a la catástrofe climática y a los movimientos liderados por la generación más joven. Los debates trataron sobre la experiencia de diferentes luchas en el movimiento por el clima, pero también sobre cómo se han integrado estos temas en los sindicatos, o cómo se opone a ellos la extrema derecha.

En cuanto a la teoría, se insistió en la necesidad de un programa político que sitúe el ecosocialismo en primer plano. Pero también fue interesante el debate sobre los métodos habituales de educación teórica. Nuestra situación quizá nos exija educarnos en cuestiones prácticas: demostrar que realmente podemos organizar una nueva sociedad, que podemos dirigir una huelga o una okupación autoorganizada. Sólo podremos ganarnos la confianza de la clase obrera si nos mostramos capaces de organizar la sociedad también desde un punto de vista más práctico.

Los talleres de este año incluyeron entonces mucho más aprendizaje práctico. Esto es bueno para un campamento joven autoorganizado, en el que las nuevas generaciones pueden tomar decisiones prácticas y políticas a lo largo de la semana.

Feminismo, mujeres, género...

Los espacios seguros no mixtos para grupos oprimidos forman parte de la esencia de las campas. Empezaron con un espacio reservado a las mujeres. Más adelante en la historia de las campas, apareció un espacio LGBTQI, y más recientemente para lxs compañerxs racializadxs. Tras dos años de pandemia, una nueva generación ha centrado su atención en la cuestión de género. Se debatió la tradición de un "espacio de mujeres": ¿reconocemos a las mujeres como sujeto revolucionario? ¿O debemos abrir un espacio para lxs "oprimidxs de género"?

El año pasado, gran parte del debate estuvo relacionado, por supuesto, con las diferentes tradiciones, las dificultades con la traducción/idioma y la falta de un entendimiento común de la palabra mujer. Especialmente tras dos años de ausencia del campamento, y una composición totalmente nueva de las participantes. Este año las discusiones tuvieron lugar antes del campamento, y concluyeron con un acuerdo general de mantener un espacio especial para los camaradas que se reconocen como mujeres y/o son percibidos como mujeres.

Por primera vez, las estadísticas del campamento incluyeron también a personas que no se identificaban ni como hombres ni como mujeres -¡el 18% de lxs participantes! -. Este hecho también lanza la idea de un nuevo espacio trans.

Un comportamiento inspirador

Quizá sea porque las nuevas generaciones se centran en el consentimiento, en aceptar las diferencias, en luchar más abiertamente contra el patriarcado... Está muy claro que la actitud de lxs jóvenes camaradas es una fuente de inspiración, entre otras cosas porque son muy tolerantes y positivxs. Se atreven a hacer preguntas y a cuestionar su propia experiencia y sus convicciones. No se les ve dando lecciones sobre "el análisis marxista correcto"; están abiertxs a diferentes experiencias y situaciones. Los debates sobre la "construcción de partidos" y la experiencia de partidos políticos amplios (la Alianza Rojo-Verde en Dinamarca, Podemos en España y el Bloque de Izquierda en Portugal) siguen siendo relevantes en el campo. Pero ya no es una posición a defender, es una actitud abierta a cometer errores y compartir experiencias. Esta forma de debatir debería ser una fuente de inspiración para las generaciones mayores.

El gran problema... y su aspecto positivo

El gran problema del campamento, reflejo de la izquierda europea, fue que el número de participantes fue, una vez más, reducido. Sólo 150 participantes  de 9 países, muy lejos de las cifras habituales de 300 a 500 participantes. Una clara señal del estado de las distintas organizaciones y de la situación de los intercambios internacionales en la izquierda. Aunque haya hecho menos camaradas, encontrarse con camaradas políticxs, discutir de política a escala internacional y compartir experiencias más allá de las fronteras sigue siendo una experiencia esclarecedora. Para las nuevas generaciones, quizá sea una experiencia aún más excepcional, ya que la mayoría de los movimientos y partidos sociales no ofrecen esta posibilidad.

Aunque fuesen pequeñas las campas, la integración entre las delegaciones era aún mayor. Parecía fácil relacionarse con camaradas extranjerxs desconocidxs. Así que, en muchos sentidos, parece que el internacionalismo era aún más fuerte.

En muchos sentidos, las ideas fundacionales de las campas -la experiencia del internacionalismo directo y la organización de un espacio específico para lxs jóvenes- parecen seguir funcionando, aunque la temporalidad y el contenido cambien constantemente.

Jonathan Simmel