La Cuarta Internacional

Defendiendo la autoorganización de las explotadas y oprimidas, luchando por la superación del capitalismo y la construcción del ecosocialismo, la Cuarta Internacional agrupa a organizaciones convencidas de que todo ello no será posible sin una transformación radical y revolucionaria de la sociedad.

Nuestros principios fundadores son los de la mejor tradición marxista clásica, basados en la democracia ("la emancipación de los trabajadores será obra de los propios trabajadores"), y el internacionalismo, ("el socialismo será internacional, o no será"). En nuestra resolución de 1985 formulamos estos principios para nuestro tiempo. 

La Cuarta Internacional está presente en los cinco continentes, con organizaciones en más de 40 países. Sus militantes participan en la lucha de clases, construyendo movimientos sociales y partidos para construir un proyecto revolucionario y emancipador para el Siglo XXI.

Funciona como una corriente política democrática, con Congresos Mundiales cada 7 u 8 años, y órganos de dirección electos y controlados, el Comité Internacional (dirección política) y el Buró Ejecutivo.

La Cuarta Internacional tiene un instituto internacional de investigación y formación en Ámsterdam, que también organiza sesiones en Asia, proporcionando formación política con escuelas intensivas anuales para activistas de todas las edades. El IIRE también acoge seminarios sobre ecología, el movimiento de mujeres, economía, antirracismo, las luchas LGTBIQ y otros, poniendo en común las experiencias de activistas de todo el mundo.para profundizar en el análisis de estas cuestiones y fortalecer nuestra práctica colectiva.

La Cuarta Internacional celebra anualmente un Campamento Internacional de Jóvenes Revolucionari@s, autoorganizado por las organizaciones juveniles de sus secciones europeas, y que se celebra en un país europeo diferente cada año.


Un poco de historia

La Cuarta Internacional fue fundada en 1938 por León Trotsky y otros militantes revolucionarios, oponiéndose tanto a la despótica burocracia soviética que había traicionad y destruído la dinámica revolucionaria desatada por la revolución de octubre de 1917 (tanto en la URSS como internacionalmente), como al capitalismo en todas sus variantes, ya fuera liberal-demócrata, autoritaria o neofascista. 

Debido a las duras derrotas y a las terribles pérdidas de militantes (tanto en la URSS estalinista como en la resistencia antifascista europea), pero también al terrible aislamiento y a la complejidad del mundo surgido de la Segunda Guerra Mundial, la Cuarta Internacional sufrió varias escisiones durante las décadas de 1940 y 1950, pero se reunificó en su mayor parte en 1963 sobre la base de una comprensión común de la nueva dinámica de los tres sectores de la revolución mundial: las revueltas antiburocráticas en el bloque del Este, una nueva radicalización de la juventud y de la clase obrera en los países capitalistas avanzados y las sublevaciones anticoloniales y antiimperialistas en el llamado Tercer Mundo. La corriente reunificada que resultó de ello aún es conocida por algunos como "Secretariado Unificado", en referencia al órgano de dirección que se formó en aquel momento.

En las décadas de 1960 y 1970, la Cuarta y sus secciones participaron en la ola mundial de luchas, promoviendo la radicalización y la autoorganización de la juventud, los trabajadores y las mujeres, oponiéndose a las guerras coloniales e imperialistas, en Argelia, en Vietnam y en solidaridad con la revolución cubana. Esto, especialmente en el levantamiento de mayo-junio de 1968 en Francia, ayudó a nuestra corriente a comprender la importancia de las luchas de la juventud y nos llevó a converger en muchos países con las nuevas vanguardias radicales de la época, para enraizar y ampliar nuestra militancia. A través de ese proceso la Cuarta se renovó, incorporando las nuevas experiencias de los movimientos de masas, y entendiendo la necesidad de entrelazar la lucha contra las diferentes opresiones específicas y la lucha de clases en un proyecto revolucionario compartido.

La restauración capitalista en el bloque de Europa del Este, en China y en Vietnam , así como la ofensiva capitalista contra los trabajadores a escala mundial, la profundización de la crisis ecológica y el supuesto "fin de la historia" en los años 90 nos convenció de la necesidad de construir nuevas fuerzas políticas útiles para la lucha de clases. Había una necesidad urgente de contrubuir a una renovación del marxismo y a desarrollar nuestra reflexión sobre un programa anticapitalista y una estrategia revolucionaria. Desde entonces hemos contribuido, mediante el diálogo con otras corrientes de izquierda, a la formación de nuevos partidos más amplios que nuestras secciones en diferentes países del mundo, y muchas de nuestras militantes son miembros de organizaciones amplias, partidos y coaliciones.


El siglo XXI

Durante los años 2000, las militantes de la Cuartta participaron de lleno en el movimiento altermundialista, contribuyendo a organizarlo a nivel internacional y a reunir a activistas de diferentes perspectivas. Hoy en día sus activistas militan en los movimientos feministas, ecologistas, antirracistas, LGBTIQ, en el movimiento obrero, tratando de construir estas luchas, y promover la unidad y el internacionalismo para lograr conquistas inmediatas y desarrollar una conciencia anticapitalista radical.

La Cuarta Internacional trata de aprender de su participación en los movimientos sociales para enriquecer y desarrollar su programa, en particular adoptando documentos programáticos sobre la liberación de la mujer, la liberación LGBTIQ y las luchas ecologistas. En 2010, la Cuarta se define como Ecosocialista, como la expresión concentrada de la lucha común contra la explotación del trabajo humano y la destrucción de los recursos naturales por el capitalismo.

La actual crisis multidimensional, que se inicia con la crisis económica de 2007-2009 y continúa con las movilizaciones de masas desde 2011, y la cada vez más urgente crisis ecológica y sanitaria mundial, refuerza nuestra convicción de que una organización internacional como la nuestra es una herramienta esencial para construir una alternativa a la crueldad y la miopía del orden capitalista existente.


 

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