Las elecciones del pasado domingo [18 de octobre] en Bolivia han arrojado resultados (aunque aun preliminares) contundentes. Son expresión de la resistencia de un pueblo a doblegarse, de la resistencia de un pueblo a volver atrás. La alegría, la felicidad y la dignidad recorren las calles. Pero la guardia sigue alta.
El pasado domingo se han llevado a cabo, finalmente, las elecciones en el Estado Plurinacional de Bolivia. Con un 52,4% de los votos (contra un 31,5% de Carlos Mesa), la fórmula del Movimiento al Socialismo, encabezada por Luis Arce y David Choquehuanca, es clara vencedora. Todavía resta que el conteo definitivo confirme los resultados, pero el aplastante triunfo del MAS ya ha sido reconocido por propios y extraños, e incluso por los mismos artífices del golpe de Estado de noviembre de 2019.
La alegría no fue solo boliviana: el resultado de la elección, reflejo de la resistencia durante once meses del pueblo en las calles, ha sido festejada por los pueblos del mundo y particularmente por los de América Latina, para quienes representa una bocanada de aire en medio de un escenario por demás adverso.
Desde Jacobin América Latina conversamos sobre los resultados de las elecciones, pero también sobre lo que cabe esperar de la próxima etapa, con Adriana Guzmán, aymara, feminista comunitaria antipatriarcal y una de las primeras voces en denunciar el golpe de 2019 como lo que realmente era: un golpe de Estado racista y oligárquico, sin matices ni medias tintas.
KN: Hola Adriana, un gusto volver a hablar con vos en circunstancias tan distintas a la vez anterior. Me gustaría preguntarte, para empezar, cuál es tu valoración sobre los resultados de las elecciones del domingo.
AG: Es un triunfo del pueblo, de las polleras, de las wiphalas. Un triunfo de la dignidad frente al fascismo, frente al racismo. Representa un mensaje de los pueblos para el mundo. Este es nuestro triunfo, el triunfo de los pueblos, porque el golpe que se ha dado aquí ha pretendido escarmentarnos y en estos once meses de resistencia, de reorganización, hemos demostrado que queremos vivir bien, queremos vivir con dignidad, que no hay lugar aquí para el fascismo ni para el racismo.
KN La OEA felicitó a Luis Arce por su triunfo. La misma organización que jugó un rol determinante en las elecciones anteriores, negando el resultado que dio por ganador a Evo Morales. ¿Qué cambió, en tu opinión, entre ese momento y ahora?
AG Yo creo que el resultado ha sido tan contundente que… La verdad, ni nosotros esperábamos tal diferencia. Ha sido tan contundente que ha tornado innegable el hecho de que la decisión del pueblo boliviano es que el gobierno sea asumido por el Movimiento al Socialismo. Innegable también para [Luis] Almagro, para la misma Jeanine Áñez, para [Arturo] Murillo (con todas sus amenazas y todo su fascismo), para la Media Luna, que sigue existiendo en Bolivia. El resultado, con ese porcentaje de diferencia, ha evitado que manipulen las elecciones, que intenten hacer fraude.
Y yo creo que, también, ha evitado en gran parte una represión y una reacción desde el gobierno de facto. Obviamente, la OEA no tenía nada más que hacer que saludar. Pero nosotras, pese al triunfo electoral, tenemos memoria: no olvidamos el rol de la OEA, el rol de Almagro, en el 2019 denunciando un «fraude» que nunca ha podido ser probado y por el cual esperamos que se sigan los procesos internacionales correspondientes, porque ellos tienen responsabilidad en las masacres en Bolivia.
KN ¿Cómo ha reaccionado, en estas pocas horas, la derecha? ¿O cómo se puede esperar, en general, que reaccione ante este resultado?
AG Ahora entre nosotros hay una mezcla de alegría, de felicidad, de dignidad… Pero también incertidumbre, porque no terminamos de ver con claridad cuáles van a ser sus jugadas. Si bien la gran diferencia del resultado no les deja muchas posibilidades de hacer muchas jugadas, el fascismo es el fascismo. El gobierno de facto va a tener sus herramientas. Y una de las cuestiones que nos provoca esta incertidumbre es que no existen, hasta el momento, resultados oficiales del Tribunal Supremo Electoral (TSE). Que ese conteo se haya demorado, que haya existido tal irresponsabilidad, nos conduce a suponer que era ahí donde caía el intento de manipulación que pensaban hacer. Por eso aún estamos esperando, expectantes.
Algo importante que ha logrado la senadora Eva Copa, sin embargo, es la Ley de Arraigo. Eva Copa, que ha tenido que resistir a la par del pueblo once meses de racismo, de fascismo, de humillaciones en su propio espacio de trabajo, de ninguneo de todo el gabinete ministerial, de ataque permanente. A pesar de todo eso, ella ha logrado aprobar la Ley de Arraigo, y esperamos que esa ley se cumpla (N. de la E.: la Ley de Arraigo obliga a las autoridades de los tres niveles del Estado a permanecer en territorio nacional tras concluir su mandato para rendir cuentas).
Es un riesgo, en estos días, pero esperamos que no se escapen del país. El ministro Murillo –no está totalmente confirmado– pero presentó su renuncia. También hay movimientos extraños en el banco del Estado: han renunciado los directivos… Lo que uno se imagina es que se están robando la plata. Que se están robando lo que queda de dinero del Estado para irse, para escapar de la justicia. Pero creo que una represión, por lo menos, no está dentro de las posibilidades.
KN ¿Qué van a hacer los movimientos sociales? ¿Qué desafíos se vienen por delante? Y, especialmente, ¿cuál es la relación de los movimientos sociales con Luis Arce?
AG El golpe nos ha encontrado a las organizaciones sociales bastante debilitadas, fragmentadas internamente. Pero, a la vez, el golpe ha permitido la rearticulación, la autocrítica en las organizaciones: principalmente, la necesidad de volver a encontrarnos, de dialogar, de entender que hay ciertas cosas en las que debemos tener puntos de encuentro. Principalmente, entre los pueblos, el vivir bien, las comunidades, los ayllus y la izquierda. Tenemos que tener un punto de encuentro. Estas elecciones han mostrado, nuevamente, que ese punto existe.
Entonces, ¿qué vamos a hacer hacia delante? Yo creo que hay que ser contundentes. Así como fuimos contundentes en las urnas, hay que ser contundentes en la profundización del proceso de cambio, en la defensa de una serie de transformaciones que tienen como horizonte el vivir bien, y no otra cosa. El vivir bien significa revisar toda la política extractivista, revisar toda la estructura económica, revisar todos los contratos que atentan contra las comunidades, revisar la lógica y la relación que un Estado Plurinacional tiene que tener con los empresarios.
Este Estado Plurinacional ha sido construido por y para los pueblos. Y estas elecciones han sido ganadas por el pueblo. Luis Arce tiene que entender eso, como lo hizo Evo en 2005, luego de la masacre del gas, luego de todas las insurrecciones y movilizaciones. Evo ha ido con un mandato, y ha sido capaz de entender que su fuerza estaba en el pueblo. Y que su fuerza se iba a profundizar si él respondía a ese pueblo y cumplía su mandato. Creo que es una situación muy similar a la de 2005, incluso en el porcentaje que está alcanzando Luis Arce. Ese porcentaje no se lo debe a las FFAA, no se lo debe a las clases medias: ese porcentaje se lo debe al pueblo, que con todo el miedo, a pesar de la represión, de sus heridos y de sus muertos, ha ido y ha votado por el Movimiento al Socialismo.
¿Cuál es la relación con Luis Arce? Bueno, Arce fue un Ministro de Economía que logró cierta estabilidad de la economía. Pero fue una economía que, también, se daba dentro del mundo capitalista neoliberal. Se ha diseñado esta economía comunitaria dentro del Estado plurinacional, y entonces hay una relación de respeto importante. Yo valoro mucho el camino que ha hecho en las elecciones. Él no era, creo, un candidato «natural». Ha tenido que aprender a construir su discurso en los medios, a llevar la relación con las organizaciones… se ha mostrado decidido a articular las distintas organizaciones indígenas, de izquierda… valoro mucho el trabajo que ha hecho.
Con Luis Arce, desde las organizaciones, hay una confianza basada en el binomio. Y es que la presencia de David Choquehuanca es, para nosotras, una garantía desde la lucha de los pueblos. Es un hermano, es un amauta, y va a ser también parte del gobierno. Entonces, no se puede analizar por separado, individualmente, la relación de los movimientos con Luis Arce: hay que inscribirla en este binomio que han construido con el hermano David Choquehuanca.
KN ¿Cuál es la orientación que se espera que asuma este nuevo gobierno del Movimiento al Socialismo?
AG Es un contexto complejo. Como organizaciones, esperamos que responda a quienes le hemos dado el voto, a quienes hemos garantizado al país el retorno de la democracia, a quienes hemos sostenido la lucha contra el racismo y el fascismo. Esperamos que responda a las demandas del pueblo, que son las demandas de asamblea constituyente, las demandas de Estado Plurinacional, de descolonización, despatriarcalización, de profundización de la construcción de una economía no capitalista, de una educación realmente anticolonial y antirracista.
Esas son las tareas concretas. Pero va a ser difícil, porque estos grupos terratenientes, oligarcas, van a hacer todo por generar un contexto de desestabilización. Los paramilitares no desaparecen con las elecciones. Va a ser difícil. Difícil pero posible, en tanto se logre la unidad entre las organizaciones sociales, el gobierno, la estructura del Ejecutivo, y el Congreso, el Parlamento, la Asamblea Plurinacional. En la Asamblea Plurinacional, de acuerdo a los porcentajes de la elección, al MAS le corresponden dos tercios, por lo que profundizar todas las medidas que ya se estaban llevando adelante, por ese lado, va a ser más sencillo.
KN ¿Con esta mayoría parlamentaria, se espera un gobierno que retome la continuidad del proceso que inició Evo? ¿A nivel de programa, Arce está planteando algunas medidas programáticas en particular?
AG Es un gobierno de continuidad del proceso de cambio. Del proceso de cambio no en términos de la agenda 20/25, sino del proceso de cambio en términos del vivir bien, de la materialización del Estado Plurinacional, de la construcción de otra economía. Hay cosas especificas de su programa que han estado basadas en la agenda 20/25. Pero también ha hablado de transformaciones económicas, de bonos para salir de la crisis… Porque, no nos olvidemos: retomamos la democracia después de una pandemia, de una crisis económica sin precedentes, de una devastación del Estado, del enorme saqueo que ha hecho el gobierno de facto en estos once meses. Entonces Arce ha planteado esos bonos para reactivar la economía.
Son buenas medidas pero, sobre todo, la reactivación económica es posible cuando no hay gobierno de facto. Es posible si tenemos un compañero y unos hermanos en el gobierno, y si seguimos profundizando el proceso. Se vive de comida, por supuesto, pero también se vive de dignidad. También se vive de una educación digna, de una salud suficiente. Para mí es un gobierno de profundización del proceso, si es que se quiere mantener como gobierno.
KN Y sobre el problema de la impunidad de los sectores golpistas, ¿es esperable que este nuevo gobierno tome medidas respecto a ellos?
AG Cuando hemos ido a votar, yo creo que detrás de las papeletas decía «justicia». Aunque no se podía escribir, claro, en la convicción de ir, de votar, con la contundencia que tuvo, estaba bien presente la idea de justicia. No va a ser posible reconstruir el Estado Plurinacional, reconstruir lo que ha pasado en estos once meses, si hay impunidad. La impunidad es algo que puede llegar a desestabilizar al gobierno.
Si no se empiezan los procesos de investigación contra el gobierno de facto y los autores intelectuales del golpe, como Luis Fernando Camacho y si, otra vez, como en 2003, se lo deja impune a Carlos Mesa, es un atentado no solo contra el pueblo sino contra el mismo gobierno. Porque son ellos mismos. Carlos Mesa, que ha quedado libre de la masacre del gas, que nunca ha sido procesado por el Estado, como debería haberse hecho. Ha sido él el que ha atentado permanentemente. La impunidad, entonces, es un criterio de estabilidad para este gobierno. La justicia es un criterio de estabilidad.
KN Muchas gracias, Adriana. ¿Hay algo que te gustaría agregar?
AG Me gustaría agradecer a las organizaciones sociales del Abya Yala, a las organizaciones feministas, las organizaciones de izquierda, los medios de comunicación populares, las hermanas médicas, médicos, que han estado acompañándonos estos once meses, que han estado durante el golpe, que han venido para denunciar la violación de los DDHH, que nos han acuerpado con sus comunicados, con su denuncia permanente, con la ruptura del cerco mediático. Esta ha sido una lucha ganada entre todos, esta es una victoria para todos, no hubiera sido posible sin todas esas organizaciones. No hemos estado solos como pueblo y eso hay que agradecerlo y reconocerlo.
20 de octubre 2020
Fonte Jacobin América Latina