La pandemia y los distintos aspectos de la crisis ecológica global

Esta contribución fue presentada al CI por la Comisión de Ecología.

Como lo indica el informe para el CI: La pandemia agrava la crisis multidimensional del sistema capitalista y abre un momento de imbricación de fenómenos de larga duración que se desarrollaban de forma relativamente autónoma y que, con la pandemia, convergen de forma explosiva:

Esta contribución quiere enfatizar en la relación entre la pandemia y distintos aspectos de la crisis ecológica global.

El SRAS-cov2 es un virus que se transmite de los animales a lxs humanxs y provoca una enfermedad respiratoria, el covid 19, una zoonosis. Estas zoonosis se multiplicaron: SIDA, ébola, Zika, Chikungunya, Nipah, Sras-Cov1…

Si queremos tomar el problema a la raíz, hay que entender porqué y cómo estas enfermedades emergen y se difunden muy rápidamente al mundo entero.

La pandemia saca a luz la dependencia de los seres humanos a la naturaleza, de la que forman parte, y la alteración peligrosa de esta relación con el capitalismo. La salud se sitúa dentro de los ecosistemas, y estos propios ecosistemas son sometidos a cambios rápidos.

Se produjo una transformación radical durante los últimos 50 años. Hoy en día, la aplastante mayoría de la biomasa global de los vertebrados es constituida por ganados y después, los seres humanos. La fauna salvaje solo representa una pequeña parte (exprimida en masa de carbono, la biomasa de los ganados y de lxs humanxs es más de veinte veces superior a la de los otros mamíferos). El acervo genético de los virus y de los agentes patógenos se encuentran en la fauna salvaje, en la que hay la diversidad genética más grande. Pero, la presión selectiva lleva los patógenos a dirigirse hacia los ganados (la biomasa más importante) y después hacia lxs humanxs. La demanda de proteínas animales (carne, huevos y leche) se disparó. Incitaron a las poblaciones a cambiar de dieta para alimentar la plusganancia extra que resulta de inversiones en la ganadería. La industrialización de la producción animal conduce al aumento de la explotación y de la estandarización. Pero esas granjas quedan sistemas vivos, con patógenos. Criar un gran número de animales, en condición de gran proximidad, cambia las condiciones de evolución para los patógenos.

Desde el punto de vista de un patógeno, existe un compromiso entre ser virulente y ser transmisible. Demasiado virulente, el riesgo reside en matar al huésped antes de ser transmitido. Entonces, es un impasse evolutiva. Es el caso de ébola. No bastante virulente, la carga viral puede ser insuficiente para ser transmitida. Este compromiso está presente de manera permanente para todos los agentes patógenos que tienen una capacidad evolutiva. Los virus, y sobre todo los virus ARN, son los más peligrosos, ya que tienen una gran capacidad de mutación, y , por eso, de adaptación.

En ganaderías industriales intensivas, con muchos animales muy cercanos entre sí, el virus encuentra casi ningún obstáculo para propagarse de un animal a otro. Desde el punto de vista evolutivo, tiene todo interés a ser virulente. El aumento de la densidad reduce el cuesto de la virulencia.

En aquellas ganaderías, todo es estandardizado, las similitudes genéticas importantes entre individuos facilitan la evolución hacia una gran virulencia, dado que un virus que emerge de un individuo va a infectar más fácilmente a su vecinx parecidx genéticamente.

La gestión “Todo Dentro/Todo Fuera”, que consiste en criar y matar miles de animales idénticos al mismo tiempo, antes de ser sustituido por otro grupo, no permite construir y transmitir la resistencia. En un sistema organizado de manera distinta y con una variedad genética, hay muchas suertes que algunos individuos resistan al virus, y sean privilegiados para la reproducción, permitiendo la transmisión local de genes de resistencia.

El examen de las condiciones hace posible y cada vez más probable la multiplicación de las zoonosis revela la necesidad de considerar simultáneamente la salud humana, la salud animal y la salud de los ecosistemas.

Desde hace 30-40 años, observamos una tendencia al aumento de las zoonosis. Es la consecuencia de un cóctel de causas vinculadas entre ellas, conectadas con el encerramiento de la humanidad en una relación cada vez más depredadora con la naturaleza por el capitalismo.

- La industria cárnica está en el centro del proceso de emergencias de zoonosis: el uso de monocultivos genéticos de animales domésticos quita los cortafuegos inmunitarios disponibles para ralentizar la transmisión. Poblaciones más numerosas y más densas favorecen las tazas transmisoras más altas mientras que el hacinamiento disminuye la respuesta inmunitaria. La banda ancha, inherente a cada producción industrial, abastece un suministro continuamente renovado por individuos sensibles, siendo una forma de combustible para la evolución de la virulencia (Rob Wallac

El comercio y el tráfico de especies salvajes o de su carne se añade a la ganadería industrial. Podrían ser una causa determinante de la pandemia de Covid19.

- La agricultura industrial impone monocultivos forestales o agrícolas, con muchos insumos químicos que destruyen los ecosistemas: La agricultura capitalista, sustituyendo a las ecologías naturales, le ofrece a los agentes patógenos los medios exactos de desarrollar los fenotipos más virulentos e infecciosos. No se podría ingeniar un mejor sistema para producir enfermedades mortales. Rob Wallace

- El cambio en el uso de las tierras y la destrucción/penetración de los ambientes salvajes: deforestación, humedales secadas, artificialización y extractivismo hacen desaparecer o fragmentan hábitat naturales de la fauna salvaje forzando el huésped tradicional del patógeno (el murciélago por ejemplo) a desplazarse y a encontrarse en contacto directo y nuevo con poblaciones humanas y granados.

- El colapso de la biodiversidad. El enlace entre biodiversidad y enfermedad es complejo, en gran parte por culpa de la paradoja que la mayoría de nuestras enfermedades tienen su origen en la biodiversidad. Pero la cuestión no es de la transmisión directa de un portador salvaje a una población humana, sino la del interfaz. ¡Y es tranquilizador para la coexistencia de la gran biodiversidad con los seres humanos! Sin embargo, la disminución o la desaparición de especies reguladoras de los patógenos favorecen la circulación de éstos. Además la alteración de la riqueza de especies (10 en lugar de 100 en un ecosistema) y equitability (algunas especies se vuelven dominantes mientras que otras se encuentran marginalizadas).

- El cambio climático. No hay pruebas directas que favorece directamente las zoonosis pero podría hacerlo, dado que animales emigran hacia los polos y entran en contacto con otros, que no hubieran encontrado normalmente. Agentes patógenos pueden así encontrar nuevos huéspedes. Sin mencionar que el deshielo del gelisuelo arriesga la liberación de patógenos desconocidos.

Nuestras exigencias deben incluir:

- El final de la destrucción de los hábitat, incluso la deforestación, el desecamiento de humedales, las nuevas actividades de explotación minera y de perforación y la contaminación de los océanos.

- El final de la agricultura y de la pesca industrializada e intensificada. Las agroempresas y las grandes pesquerías son directamente responsables de un 60% de la perdida de biodiversidad mundial. El sector ganadero y de la agricultura de la Amazonia brasileña, que depende del comercio internacional de la carne de res y del cuero, es responsable de un 80% aproximadamente de la deforestación de la zona, es decir, un 14% más o menos de la deforestación mundial.

- El final de los wet markets, que se dedican al tráfico de animales salvajes y especies en peligro de extinción.

-La soberanía alimenticia y una fuerte reducción del consumo de carne. Hoy, 70 mil millones de animales son matados cada año para el consumo humano. El número tendría que duplicar en 2050. La ganadería industrial consume una gran cantidad de recursos (suelos, energía, productos agrícolas), que podrían ser utilizados (o no) de manera más eficaz para la población humana.

- Densidad de población. La tendencia a la urbanización se debe invertir, las ciudades deben ser repensadas, con fin de reducir la densidad de población.

- Una reducción masiva de los transportes. La propagación del virus es también causada por un sistema de movilidad mundial no sostenible. ¡No vuelta al transporte aéreo de masa!

- Un paso completo a las energías renovables - eólico, solar, mareomotriz y geotérmica – sin nuclear.

Todas estas exigencias contribuyen también a la lucha contra el cambio climático, y tienen que ser aplicadas respetando la justicia social y climática, teniendo en cuenta las responsabilidades diferenciadas.

La exigencia primordial tiene que ser una relación totalmente nueva entre los seres humanos y la naturaleza. Esto significa a la vez cambios estructurales mayores en la organización de la sociedad humana y cambios mayores en nuestra manera de vivir nuestra vida individual y gestionar nuestro impacto sobre el planeta.

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