Contra la militarización y por la defensa de los derechos humanos en México

El XVI Congreso Mundial de la IV Internacional ha conocido los reportes sobre la grave situación de los derechos humanos en México, tanto por la continuación del feminicidio no solamente en Ciudad Juárez, sino también en otras ciudades y regiones del país, como ahora con los atropellos, ejecuciones y desaparición forzada de personas producto de la militarización que se extiende paulatinamente desde el norte de México al resto del país, todo ello acompañado de la práctica de criminalizar la protesta social y la pobreza.

El feminicidio, que no se frena y se mantiene en la impunidad por la negligencia o complicidad de las autoridades, se ve estimulado y fundamentado por las reaccionarias campaña de los partidos de la derecha en el gobierno que fomentan la misoginia, la homofobia y quita derechos a las mujeres. Es ese es el sentido de la campaña desatada, con el apoyo de la Jerarquía de la Iglesia Católica, para penalizar el aborto en la mayoría de los estados de la República Mexicana, como reacción al hecho que desde hace algunos años se logró en la Asamblea Legislativa la despenalización del aborto en la Ciudad de México. Es también el sentido de la campaña, nuevamente con la beligerante participación de la iglesia Católica, vulnerando cada vez más el Estado laico en México, contra los derechos de los homosexuales y lesbianas.

Este Congreso Mundial llama a respaldar y apoyar la lucha del movimiento feminista y del movimiento amplio de mujeres de México en la defensa de sus derechos. Es parte de la lucha que mujeres en otras partes del mundo dan también contra similares ataques de la derecha. Este 8 de marzo y después, recuperando l carácter internacionalista de esta fecha, debemos extender el apoyo contra el feminicidio, la misoginia y homofobia y en defensa de los derechos de las mujeres.

Como se logró frenar el feminicidio en Ciudad Juárez en los años anteriores, ahora la situación se ha complicado con la militarización, extendiéndose la violencia y la violación a los derechos humanos en general de la población civil. El gobierno de Felipe Calderón, producto de un fraude electoral que pretende restituir de legitimidad por medio de la militarización, dice estar llevando a cabo una guerra contra el narcotráfico y la delincuencia organizada. Sin embargo, en Ciudad Juárez no ha habido enfrentamientos armados entre las fuerzas militares y el narcotráfico. Lo más frecuente son ejecuciones, asesinatos, en las calles, en escuelas, en casas particulares e incluso fusilamientos en centros de readaptación de adictos. Del feminicidio se ha pasado al asesinato, la ejecución, de jóvenes en general, de gente pobre, de estudiantes y maestros universitarios y de activistas defensores de derechos humanos. Más que una guerra contra el narcotráfico se trata de una campaña de “limpia social” como ya hemos visto en otros países. El gobierno de Calderón presenta el creciente número de asesinatos como éxitos de su guerra pretendiendo que son”bajas” del crimen organizado. Esta masacre debe ser detenida con la protesta y denuncia internacional.

Como parte de la criminalización de la protesta social, ahora las víctimas de esta guerra se encuentran también entre activistas de derechos humanos, como lo muestra el reciente asesinato de Josefina Reyes y las amenazas contra la compañera Cipriana Jurado, feminista representativa de la generación anterior que luchó contra el feminicidio y que ahora está amenazada por su oposición a la militarización. Amnistía Internacional ha exigido la protección de Cipriana y este Congreso Mundial exige respeto a su militancia y activismo a favor de los derechos humanos. En días recientes importantes movilizaciones se han hecho en las calles de Ciudad Juárez exigiendo la salida del ejército, el respeto a los derechos humanos de la gente e incluso la salida de Felipe Calderón del gobierno. Este Congreso Mundial llama a rodear de solidaridad a estos movimientos.

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