Las elecciones del 29 de mayo y la toma de posesión del Gobierno de Unidad Nacional (GUN) marcan un giro decisivo en el panorama político del país. Los resultados de las elecciones pusieron de manifiesto una serie de procesos políticos importantes que venían desarrollándose desde hacía tiempo: el desmoronamiento del dominio del ANC, la marginación de un amplio sector de la población de la política oficial, el crecimiento de la política conservadora en forma de etnonacionalismo, racismo y de la xenofobia, y la debilidad de la izquierda en general.
El GNU representa la culminación política de la convergencia de fuerzas neoliberales que han perseguido políticas favorables al mercado desde finales de la década de 1990. Aunque este resultado soñado para el capital puede reportar algunos beneficios a corto plazo, como algunas inversiones y un gobierno más eficiente, esto no alterará la trayectoria fundamental del nuevo gobierno: austeridad con esteroides para una economía estancada y en proceso de desindustrialización.
Es probable que los servicios públicos se vean sometidos a una ofensiva austeritaria y privatizadora, poniendo en el punto de mira el sector eléctrico (generación y distribución de electricidad) y el transporte de mercancías. Es probable que se bloquee y se marchite el tan cacareado y necesario Seguro Nacional de Enfermedad para proteger al sector sanitario privado. Ya se están diseñando planes planes para extender el GNU al ámbito municipal, para que ningún sector del aparato estatal quede al margen de los tentáculos del capital.
En esta fase crítica, los movimientos progresistas son débiles y están fragmentados. Las fuerzas de la Transformación Económica Radical (RET), ahora en la forma del Partido uMkhonto (MKP), están esperando entre bastidores para vestirse oportunistamente con el ropaje de la izquierda; han demostrado en repetidas ocasiones que su único interés es el poder político y el enriquecimiento personal.
El caucus progresista liderado por los Luchadores por la Libertad Económica (EFF) representa un popurrí de partidos descontentos con muy poca política progresista, por no hablar de política de izquierdas. Una convergencia entre el MKP y el EFF constituiría un bloque político fuerte, aunque plagado de contradicciones, y complicaría aún más el proceso de unificación de la izquierda socialista. El GNU también representa una crisis existencial para el proyecto de la Revolución Democrática Nacional (RND), en particular para el Partido Comunista Sudafricano (SACP) y el Congreso de Sindicatos Sudafricanos (COSATU). Tendrán que decidir si permanecen en la alianza liderada por la ANC y siguen proporcionando una hoja de parra de izquierdas a la agenda neoliberal del gobierno, o si finalmente rompen y trabajan con otros para reconstituir la izquierda.
En medio de estas convulsiones políticas, las fuerzas de la izquierda -sindicatos, movimientos populares y socialistas diversos- siguen siendo débiles. La Cumbre de la Clase Trabajadora [Working-Class Summit1] tiene el potencial de convertirse en un movimiento nacional para movilizar las luchas populares y reconstruir las fuerzas de la izquierda. Sin embargo, las sectas de ultraizquierda son un escollo en el camino hacia la renovación de la izquierda. Su insistencia en lanzar inmediatamente un partido obrero de masas es delirante y aventurero. No escuchándose más que a sí mismos, son incapaces de analizar la situación actual, en particular el estado de los movimientos.
Queda mucho trabajo por hacer y dificultades que superar. Las fuerzas capitalistas se envalentonarán con el GNU y acelerarán sus ataques contra la mayoría pobre. El MKP-RET-EFF intentará posicionarse como los auténticos representantes de la mayoría negra y probablemente encontrará terreno fértil para su retórica. Por lo tanto, es urgente actuar con determinación, evitando al mismo tiempo las trampas del sectarismo. Más que nunca, debemos unir fuerzas, estar junto a las los trabajadores y la gente pobre para resistir a la austeridad y la privatización.
Debemos luchar por una renta básica significativa que proteja a las personas desempleadas y pobres del aumento del coste de la vida. Debemos solidarizarnos con los trabajadores y trabajadoras y sus sindicatos para luchar contra los despidos, y con las mujeres, las personas LGBTI+ y las y los inmigrantes que se enfrentan a todo el peso de la violencia, la misoginia, la homofobia y la xenofobia.
Debemos seguir comprometiéndonos políticamente, clarificar nuestros análisis de la situación actual y desarrollar una visión compartida de la concienciación política, la movilización de masas y la organización.
¡Atacar a uno es atacarnos a todos!
Publicado por el Secretariado de ZASO
24/06/2024
- 1Una nueva era en la historia de la clase trabajadora sudafricana comenzó en Soweto los días 21 y 22 de julio de 2018, cuando representantes de más de 147 organizaciones de la clase trabajadora sudafricana representadas por más de 1000 delegados se reunieron para unir las luchas en el lugar de trabajo y en la comunidad en la Cumbre de la Clase Trabajadora (WCS).