Livio Maitan: con la mirada puesta en el futuro - su legado, su contribución política y teórica al marxismo revolucionario

Para recordar el centenario del nacimiento de Livio Maitan tendrá lugar en Roma, el 1º de abril de 2023, exactamente cien años después de su nacimiento, un congreso para reconstruir el itinerario de un militante revolucionario marxista en su actividad política y teórica y en los debates del movimiento obrero italiano e internacional durante más de medio siglo. La intención es doble: resaltar su pensamiento y su papel político, relacionándolos con las vicisitudes que han marcado a varias generaciones de militantes a partir de la segunda mitad del siglo XX, y determinar qué parte sigue viva para ayudarnos a comprender el presente y los eventuales pronósticos de quienes desean dar continuidad a un proyecto anticapitalista e internacionalista.

En este sentido, el congreso nacional, organizado por la Biblioteca Livio Maitan, al que Sinistra Anticapitalista ya ha dado su apoyo, y que tendrá una duración de un día, también pretende ser una ocasión de debate e intercambio con otros componentes políticos y teóricos, con historiadores e intelectuales, de presentar testimonios de quienes han trabajado con él en Italia y/o en el plano internacional, además de quien hoy se ocupa de la conservación y el aprovechamiento de su archivo.

Se abordarán dos temas: los acontecimientos políticos italianos a partir de la segunda posguerra y el papel de Livio Maitan en la construcción de la sección italiana de la Cuarta Internacional y en las batallas políticas y sociales del movimiento obrero; su actividad internacional, igualmente importante, y la labor que desempeñó sin escamotear esfuerzos en el seno de la Cuarta Internacional, de la que fue durante décadas uno de los principales dirigentes. Paralelamente, a partir de enero la Biblioteca Livio Maitan abrirá un espacio para la publicación de artículos de Livio Maitan y de discursos y entrevistas, tomadas en parte de la web de Sinistra Anticapitalista.

El Congreso Nacional tendrá lugar el 1º de abril de 2023 en la Biblioteca Nacional Central de Roma, viale Castro Pretorio, 105

El camino recorrido

A los 25 años de edad, en 1948, Livio Maitan se adhirió a la Cuarta Internacional. Venía de la militancia en el socialismo italiano, que se había reconstituido tras el final del fascismo y del que se separó para fundar, junto con otras y otros militantes, los Gruppi comunisti rivoluzionari, una organización que, después de hacer asumido en 1979 el nombre de Lega comunista rivoluzionaria, se integró en 1989 en Democrazia proletaria, aunque manteniendo su afiliación a la Cuarta Internacional. En 1991, Democrazia proletaria confluyó en el nuevo Partito della rifondazione comunista, y en esta formación Livio Miatan vivió sus últimos años de militancia política hasta su muerte el 16 de septiembre de 2004.

Un camino recorrido, para parafrasear el título de sus memorias, publicadas en 2003, en unos 60 años de historia del movimiento obrero en Italia y a escala internacional, vividos a menudo o casi siempre en primera persona en el corazón de las movilizaciones de masas. Esa experiencia le proporcionaba la inspiración para la elaboración política y teórica, caracterizada por un método de investigación riguroso.

En el transcurso de su vida contribuyó de manera determinante a la publicación de las obras de Trotsky en Italia y, más en general, del marxismo, con ensayos y libros, en los que una hábil pluma polemista contribuye a la elaboración teórica, que no se limita a la repetición de los dogmas del marxismo, sino que trata de hacer que sea útil para la comprensión del presente, sin alterar sus bases. Un estilo de escritura política y teórica que se apoya en un sustrato cultural asociado a los estudios clásicos y una congénita curiosidad y sed de conocimiento que lo han caracterizado desde su juventud.

Así lo atestigua su archivo personal, repleto de documentos que van de 1940 a 2003, articulado en seis secciones: militancia juvenil en organizaciones socialistas, en la Cuarta Internacional, en otros partidos de izquierda, escritos y publicaciones, materiales de trabajo y correspondencia personal. Un archivo que, gracias al empeño y la competencia de diversas compañeras y compañeros, se puede consultar hoy en Roma, en la via Elisabetta Canori Mora, 13, en la biblioteca que lleva su nombre, inscrita en la red bibliotecaria del Municipio de Roma Capital, y que se puede contactar por correo electrónicio: bibliomaitan@gmail.com.

Los documentos conservados en el archivo son el mapa de su recorrido histórico-político, la autobiografía del autor, su evolución existencial y política en Italia y en el mundo. Bertolt Brecht llamaba viajantes de la revolución a los funcionarios de la Internacional Comunista. Livio Maitan desempeñó esa función para la Cuarta Internacional durante decenios. Todas las vicisitudes anotadas, pero apenas conocidas: la falta de conocimiento mantiene simplemente anotados elementos superficialmente habituales.

El congreso que preparamos tiene por objeto pasar de lo anotado al conocimiento de un perfil personal y de una historia colectiva que no desmerece de las de otras corrientes del movimiento obrero del siglo XX. Del mismo modo que él supo hacer con las dos últimas obras suyas: La strada percorsa y Per una storia della IV Internazionale. Historias que supo narrar con sobriedad y equilibrio, sin demonizar ni despreciar a quienes divergían y criticaban sus posiciones; tesis que había que reformular de modo escrupuloso, según los contextos, situaciones y análisis políticos propios del periodo en cuestión y vueltos a proponer en forma de memoria.

Memoria, historia, esperanza

La de Maitan era una memoria que no se fiaba siempre y únicamente de sí misma, sino que también le llevaba a reconsiderar, releer y retomar, afianzándose a fin de llegar a una conclusión histórica según un procedimento, típico de la historiografía, que tiende, a diferencia de la memoria, a no absolutizar nunca los resultados, sino a relativizarlos ‒porque la historia es a menudo una deslegitimación del pasado‒, a releer una y otra vez lo que parecía establecido definitivamente. Así, suele explicar, analizar, reconsiderar, volver a proponer y narrar la historia poniéndose él mismo dentro de la narración y no apareciendo como voz narradora externa.

Livio dedicó mucho tiempo a la acción política y un tiempo mucho más breve a la memoria, a la necesidad de relatar y recordar. La actividad política, si se mantiene en el tiempo y se lleva a cabo de manera intensa y con participación directa, no deja espacio y no halla lugares para pensarse debidamente en forma de historia y autobiografía. Solamente en quienes se han percatado de estar viviendo los años finales de su vida cobra protagonismo la necesidad de memoria, probablemente empujados en esta dirección por la combinación de elementos biológico-humanos (la percepción de la vida que va acabándose), del balance biográfico tras años y años de militancia, e histórico-políticos, determinados por la situación que les ha tocado vivir; de los años noventa, cuando el mundo cambió radicalmente con respecto a lo que habían vivido y en lo que habían actuado durante casi cincuenta años.

Era por tanto un elemento de crítica historiográfica el que lo frenaba, o mejor, lo constreñía a un rigor metodológico que para él era habitual, señalado por él mismo. Cuando se juzgan “acontecimientos históricos es difícil evitar la tendencia a leer la historia pasada excesivamente como historia contemporánea” y, simétricamente, conviene ser conscientes de que “una evaluación exhaustiva del pasado, especialmente de un pasado todavía reciente, exige un conocimiento del futuro”.

¿Se puede hablar, con respecto a esta última fase, del elemento decepción, que a menudo acompaña y sirve de estímulo a la memoria, cuando prevalece un sentido de desánimo ante el mundo en que se vive? Si por fase de decepción se entiende aquella en que una persona ya no se pregunta nada a sí misma, vive entre penas y lamentos, entonces la respuesta no puede ser más que negativa. Si se considera que la vida de una persona ha concluido cuando nadie le pide ya nada, cuando ella misma ya no pide nada, entonces la de Livio Maitan solo fue interrumpida por la muerte, pues siempre pidió y le pidieron.

Hasta la parte final de su vida permaneció preso de la tormentosa relación entre el pesimismo de la razón y el optimismo de la voluntad, enunciado en una carta a un compañero de Turín en el lejanísimo año 1949, cuando ya se planteaba el problema de la disparidad existente entre la necesidad de una organización revolucionaria y la dificultad de construirla. ¿Cómo responder al sentimiento, aunque objetivo, de desmoralización que emergía? Así respondió Livio Maitan a esta pregunta:

La nuestra es una confianza ‘histórica’. Por eso siempre tenemos presente esta perspectiva general, podemos lamentarnos de no estar en condiciones de hacer hoy lo que, si se hiciera pronto, nos ahorraría mayores esfuerzos en el futuro. La exigencia general sería en primer lugar la de contar con un partido organizado capaz de llevar a cabo una verdadera política a escala nacional. [Dadas las] circunstancias, estamos obligados a movernos [en un] ámbito más restringido […]. Sin embargo, también podría darse el caso –que se muera el astrólogo– de que ni siquiera estos cometidos limitados fueran viables en esta fase: en este caso, ello no dejaría sin duda de tener consecuencias en el próximo futuro y en el más lejano, pero de ninguna manera justificaría una rendición discrecional ni una simple desmoralización: siempre hay alguna cosa importante que hacer.

11/01/2023

Traducción: viento sur de Sinistra Anticapitalista

 

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