II Encuentro Ecosocialista Latinoamericano y Caribeño: Territorios libres y convergencia para la acción

Los tiempos actuales, de avanzada de la extrema derecha y de guerras genocidas, marcan una época donde las contradicciones del presente sistema de producción, distribución y consumo evidencian que estamos en una etapa superior de la ya caracterizada crisis civilizatoria. Sin embargo, esta no es una más de las crisis cíclicas del Capitalismo. La ruptura metabólica, esa brecha irreparable en el ciclo natural de intercambio entre la sociedad humana y la naturaleza, desafía la capacidad de los seres humanos en dar respuestas que sean compatibles con la aceleración de la destrucción socioambiental.

Hemos visto que muchas de estas respuestas vienen de proyectos que tienen las guerras como estrategia, sean ellas comerciales —como observamos desde la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos— o genocidas, como es el caso de Gaza y la continuidad del proyecto de la campaña del desierto, que tiene sus versiones en distintos territorios del mundo. En todos estos proyectos la acumulación del capital y el colonialismo son las condiciones de posibilidad de su éxito. La guerra por recursos y por la manutención de la hegemonía mundial en la actualidad ha generado una crisis de gobernanza global que abre nuevos interrogantes y desafíos. Se hace necesario generar nuevos diagnósticos para este escenario, que tiene una dinámica de cambios más acentuada.

Frente al desafío de pensar, crear y ejecutar un plan alternativo al proyecto de muerte impuesto, atravesado por un cambio subjetivo que parece acompañar al Capitalismo Caníbal que caracterizó Fraser, los Encuentros Ecosocialistas Internacionales cumplen un rol fundamental. Si tomamos como premisa que no existe futuro sin presente y que la tarea de hoy es crear las condiciones para un mundo vivible, la proposición de un Programa de Transición Ecosocialista —que busca construir una salida ecosocial a la profunda crisis ambiental que amenaza la continuidad de las formas de vida tal como las conocemos en la Tierra— es una herramienta que permite imaginar un futuro frente a las crisis parecen irresolubles.

La necesidad de salir del diagnóstico observador es fundamental para pensarnos como actores de transformación en un momento donde hemos sido atacadas sensiblemente en nuestra concepción de mundo. En este sentido, hay un antes y un después de Gaza: la lucha ecosocialista es la lucha por la vida. Por ende, cualquier persona que esté pensando un programa de transición ecosocial con horizonte anticapitalista no puede dejar afuera esa dimensión. Genocidio y ecocídio, siempre caminaron juntos: uno es la condición de posibilidad del otro y viceversa.

La apuesta por un giro afectivo, necesario para pensar y actuar en estos tiempos de crueldad, como plantea Rita Segato, pone en el centro del debate la solidaridad ecoterritorializada, el internacionalismo de los pueblos y la concepción de un quehacer basado en los cuidados, sin perder de vista las luchas urbanas, sindicales y las disputas por mejores condiciones de vida para la clase trabajadora, porque resistir en estos días también es saber hacer frente a la precarización de la vida en todos sus ámbitos.

Es en este contexto, profundamente desafiante, que ocurrirá el II Encuentro Ecosocialista Latinoamericano y Caribeño. Su realización en Belém (Brasil) en ocasión de la COP30 es, de forma simbólica, una respuesta y un rechazo a la idea de que el campo de la economía pueda justificar o planificar lo que hacemos como sociedad. Sabemos que la salida para el colapso ambiental de la mano de los mismos que la generaron es ilógica, contradictoria y está basada en falsas soluciones y metas inalcanzables, lo que tan bien pudo graficar Kim Robinson en su libro El ministerio del futuro.

La crítica es antigua, sin embargo se hace especialmente necesaria. A pesar de que la COP30 se realice en uno de los países más importantes a la hora de pensar estrategias que posibiliten una avanzada de las luchas ecoterritoriales, el gobierno brasileño viene dando muestras de falta de compromiso con los colectivos en lucha y un acercamiento con los proyectos de colonialismo verde. Eso se evidencia por la aprobación del llamado Proyecto de Ley de la Devastación (PL da devastação, en portugués) —aunque con vetos—, el anuncio del fin de las negociaciones, con posible ratificación, del Tratado de Libre Comercio entre la Unión Europea y el Mercosur y la postura entusiasta de Lula acerca del Fundo Florestas Tropicais para Sempre (TFFF, por su sigla en inglés), que deberá ser uno de los principales proyectos defendidos por el gobierno brasileño durante la COP30, y que es, como explica Mary Louise Malig y Pablo Solón en este artículo, un ambicioso proyecto del capitalismo verde que busca corregir las supuestas “fallas de mercado”.

En la misma línea, es preocupante que desde los espacios críticos a la COP30 se plantee una conexión directa con los gobiernos. La necesidad de generar espacios autónomos, como han sido tradicionalmente las Contracumbres o Cumbres de los Pueblos, desde una perspectiva de coherencia con las luchas antisistémicas, es esencial y debería ser innegociable. La injerencia de los gobiernos en los procesos de autoorganización de la sociedad civil debilita y vulnera la posibilidad de plantear alternativas gestadas desde las bases sociales.

Dentro de las líneas alternativas y los espacios de debate autónomos, el II Encuentro Ecosocialista se realizará entre los días 8 y 11 de noviembre, fechas que fueron cuidadosamente elegidas para no interferir en las actividades de la Cumbre de los Pueblos, que se realizará entre los días 12 y 16 de noviembre, ni en la iniciativa Carta de la Tierra, prevista para ocurrir entre los días 7 y 8 de noviembre.

En lo estratégico, el segundo encuentro —que es una continuación de los debates dados en Buenos Aires en 2024 y también trae la acumulación de los cinco encuentros previos que se realizaron en Suiza, Estado de España, Euskal Herria y Portugal— busca la convergencia de las miradas ecosocialistas y de otras alternativas anticapitalistas que se gestaron en las últimas décadas con el objetivo de generar posibilidades de acciones concretas coordinadas para la construcción de un horizonte común. Para eso, serán debatidos los puntos centrales de las propuestas de diferentes colectivos que vienen pensando y construyendo alternativas a las formas de producción, reproducción, consumo, distribución, organización y concepción civilizatoria y de mundo del sistema capitalista.

Este, que será el primer encuentro a realizarse en territorio amazónico, busca traer las voces de los colectivos que luchan por la demarcación de sus tierras ancestrales y por la preservación de los bosques contra la deforestación y el racismo ambiental que afecta a los pueblos racializados. Más allá de traer un balance crítico acerca de las experiencias de los estados plurinacionales y compartir los proyectos de territorios libres de combustibles fósiles y minería que se están dando en distintos lugares de América Latina.

Asimismo, el encuentro plantea un debate profundo y crítico acerca de las transiciones que se proponen sin la participación de las poblaciones afectadas por los extractivismos y una caracterización de los imperialismos en el contexto político actual, en el cual proyectos como el BRICS y el reposicionamiento de China generan interrogantes sobre las oportunidades y las amenazas a los territorios del Sur Global; las guerras, la militarización, las deudas y los acuerdos de comercio e inversión despuntan como la ya conocida —sin embargo más violenta a partir del ascenso de las derechas neofascistas— estrategia de subordinación, dependencia y control de los territorios, amenazando las soberanías de los países.

Siguiendo el debate que estuvo presente en todos los encuentros anteriores, uno de los ejes centrales será el ecosindicalismo y el mundo del trabajo, así como los ecofeminismos y las economías del cuidado desde una perspectiva ecoterritorial. Dentro de la discusión sobre estrategia ecosocialista, se discutirán las tácticas rumbo al ecosocialismo, ecosocialismo y poder, diálogos entre el Norte y el Sur sobre los métodos y contenidos de discusión, posicionamiento frente a la COP, entre otros debates como decrecimiento, derechos de la naturaleza, periferias urbanas y poblaciones de las ciudades, y democracia ecosocialista.

A pesar del enorme desafío que ha sido la construcción de este proceso debido, sobre todo, a la parte logística y los altos costos de hospedaje en Belém, el Encuentro ya tiene confirmado su local de realización y cuenta con un comité local que estará a cargo de organizar la logística del evento y brindar apoyo, con indicación de opciones de alojamiento, para quienes estarán presentes en el encuentro.

Próximamente se abrirán las inscripciones al evento, que serán obligatorias, ya que tenemos capacidad de recibir solo a 350 personas. El evento, siguiendo su principio de autonomía, es completamente financiado por las organizaciones y personas que participan en el encuentro, con lo cual no podemos garantizar el financiamiento de pasajes y/o traslados.

Se espera una mayor participación de colectivos y personas de los territorios en Brasil; por ello, en caso de ser necesario, se podrá limitar la participación de las delegaciones por país, con el objetivo de que los debates se den con la mayor participación y pluralidad posible.

Territorios libres y convergencia para la acción es en lo que se pretende avanzar en este encuentro, llevando las propuestas, interrogantes y debates a los VII Encuentros Ecosocialistas Internacionales que ocurrirán en Bruselas, en la primera quincena de 2026.

Las informaciones sobre el proceso de organización de los Encuentros se pueden encontrar en la página de Instagram inter.ecosoc. Para quiénes quieran firmar el llamado, lo pueden hacer  llenando este formulario.

19/09/2025

Vanessa Dourado es miembro de Attac Argentina y de la Red de Encuentros Ecosocialistas Internacionales

Vanessa Dourado