Cada año, el Día internacional de la mujer constituye un hito para dar visibilidad a las luchas feministas contra el capitalismo patriarcal, en su intento de engendrar nuevas formas de oprimirnos y explotarnos. Con la crisis sanitaria provocada por la pandemia del covid-19, sumada a la crisis económica y a los ataques de los gobiernos conservadores contra los derechos de las mujeres, la organización internacional en torno a esta fecha cobra aún más importancia y urgencia.
La pandemia ha desencadenado una crisis en varias dimensiones de la vida humana, y ha demostrado que los trabajos necesarios para la supervivencia son los realmente imprescindibles cuando se han impuesto medidas sanitarias de aislamiento físico. Con la separación física, las mujeres se limitaban al espacio doméstico del hogar y se veían privadas de trabajos que, aunque precarios, les aportaban ingresos monetarios. Aun así, la carga de trabajo por el cuidado de la familia ha aumentado considerablemente, y ha venido de la mano de un aumento de los casos de violencia y feminicidio, como forma de imponer esta carga a las mujeres. La crisis pandémica ha demostrado, por lo tanto, que el trabajo de reproducción social está en el centro de las alternativas para enfrentarla y de búsqueda de soluciones, pero también supone el riesgo de profundizar y cristalizar el papel de las mujeres en su realización.
Como contrapartida, las mujeres de todo el mundo han ido forjando y fortaleciendo redes de solidaridad y reciprocidad, creando formas de protección y denuncia contra este tipo de violencia, y también construyendo formas de resistencia contra el hambre, la pobreza y la privación de derechos agravada durante la pandemia. El cultivo, la producción y el reparto de alimentos, y el intercambio de materiales de protección alimentaria y sanitaria, la sustitución de las reuniones presenciales por las virtuales, la creación de mecanismos de autoprotección, entre otras iniciativas, se llevaron a cabo en los territorios, con las mujeres como protagonistas. Además, las luchas activas que las mujeres han continuado durante la pandemia han logrado victorias importantes, como la legalización del aborto este año en Colombia y anteriormente en Argentina y en algunos estados Mexicanos, y las mujeres como trabajadoras esenciales (sanitarias, profesoras, etc.) Que no han dudado en hacer huelgas para defender sus condiciones de trabajo.
La invasión rusa de Ucrania ha afectado especialmente a las mujeres. Las mujeres y sus hijas son la inmensa mayoría del más de un millón de personas que ya han huido del país como refugiadas. Al mismo tiempo, las mujeres más jóvenes, en particular, están participando activamente en la defensa armada y no armada de su país. Las mujeres también desempeñan un papel fundamental en la movilización de las comunidades de la diáspora en otros lugares y ocupan un lugar destacado en el movimiento antibélico en Rusia.
Este 8 de marzo, será muy importante rescatar las alternativas creadas durante estos años de privaciones, destacando el papel que la huelga de mujeres jugó para dar visibilidad al trabajo de reproducción social.
Ocuparemos las calles, las redes de internet y todos los territorios donde nuestras luchas puedan tomar espacio.
¡Vivas nos queremos, sin machismo, sin violencia, con reconocimiento de nuestro trabajo y con igualdad!
¡Viva el Día Internacional de la Mujer!
Moción adoptada por el Comité internacional de la Cuarta Internacional.
5 de marzo 2022