Fantasmas de todo tipo recorren Europa. Monstruos del viejo y del nuevo mundo que adoran los claroscuros. Desde hace años a Europa le sangran las fronteras y le brotan las alambradas. La UE es hoy un gran laboratorio del neoliberalismo securitario. Ahora también quiere volver a ser un actor global en pleno desorden de la gobernanza mundial. Militarización, austeridad, extractivismo, privatizaciones, precariedad, desregulaciones, tratados comerciales transoceánicos y complicidad con genocidas como Netanyahu.
Durante décadas Europa vivió de los réditos de la acumulación primitiva capitalista y colonial. Durante años la UE pretendió ser el poli bueno de la globalización feliz. Pero hoy el tablero geopolítico se mueve bajo sus pies y las élites europeas ven peligrar su tradicional peso mundial. Viejas y nuevas potencias se disputan el trono y los recursos escasos para afrontar el colapso climático del capitalismo tardío.
Toca reforzar la agresividad exterior en todos los frentes. Toca hablar el “lenguaje duro del poder” para defender aquel “jardín europeo” del que hablaba Borrell. Porque los intereses de las élites que gobiernan el capitalismo europeo no se van a defender solos. Porque para que circulen coches eléctricos en Berlín, París o Barcelona, hay que aumentar la presión minera en el Sur Global. Y seguramente abrir nuevas minas en territorio europeo.
Ataques sin fronteras contra el territorio y contra quienes lo habitan. Ataques que generan y generarán respuestas populares. Resistencias contra el neoextractivismo pintado de verde; contra los ataques del capital disfrazados de cambio de modelo productivo. La urgencia climática como trasfondo crítico para las de abajo y como coartada para los de arriba.
Y, mientras tanto, el extremo centro neoliberal ha ido abrazando la agenda reaccionaria y xenófoba de una extrema derecha que, por el camino, ha cambiado su tradicional eurofobia por un euro-reformismo ultra-conservador y chovinista. ¿Para qué salirse de la UE si pueden co-gobernarla como ya hacen en varios Estados Miembro? Machismo, homofobia, racismo, islamofobia, criminalización de la protesta. Las mayorías populares, con toda su diversidad de disidencias, convertidas en minorías peligrosas. Una guerra abierta contra el mundo del trabajo, los servicios públicos y la vida en común. Nuevas batallas de la guerra del capital contra la vida.
¿Quién tiene derecho a tener derechos en esta Europa de los mercados, la guerra y las alambradas? Los de arriba tienen clara la pregunta y su respuesta. ¿Qué respondemos desde la izquierda anticapitalista? La respuesta solo puede ser coral. Pero la coralidad requiere espacios de encuentro y discusión. Porque ataques internacionales requieren respuestas internacionalistas.
Sin embargo, la ausencia de espacios de coordinación internacionales e internacionalistas en el campo de la izquierda radical es una realidad tan palpable como preocupante. Existen cascotes del Partido de la Izquierda Europea sobre el que pivotaba parte de la herencia del eurocomunismo. Existen recreaciones proto-electorales en torno a la nueva izquierda surgida en los últimos años en varios países europeos. Pero ninguno de estos espacios tiene vocación de desbordar sus propios marcos electorales e institucionales puntuales. Necesitamos algo más. Y no somos los únicos. Además de organizaciones políticas, existen decenas de actores sociales y sindicales en toda Europa que se reivindican del anticapitalismo y del internacionalismo antimilitarista, ecosocialista, anticolonial y feminista.
Con la pretensión modesta pero decidida de contribuir a poner una piedra en ese largo camino, el pasado 3 de febrero Anticapitalistas y la CUP convocaron y co-organizaron en Barcelona un encuentro europeo de organizaciones de izquierda anticapitalista y alternativa para reflexionar juntas sobre el momento en el que nos encontramos y debatir sobre las alternativas que podemos poner en marcha para cambiar Europa de base.
Delegaciones de 16 organizaciones políticas procedentes de 13 territorios europeos 1 discutieron con representantes de otras organizaciones sociales cercanas (Transnational Institute, Centre Delàs, Observatori del Deute en la Globalització, Fundación Rosa Luxemburg) sobre las consecuencias de la creciente militarización mundial y el papel de la UE, así como sobre las respuestas eco-socialistas posibles ante el proyecto de capitalismo verde de las élites europeas. Dos mesas redondas donde se actualizaron caracterizaciones compartidas, se avanzó en propuestas concretas y se discutieron diferencias existentes, como las que han girado durante el último periodo en torno a la caracterización del conflicto en Ucrania tras la invasión rusa. Y quizás la principal conclusión es que son necesarios más espacios presenciales y en camaradería como el que allí se generó para seguir intercambiando sin la fría y violenta distancia de las redes sociales que en nada contribuyen al debate entre compañeros y compañeras.
Y como las luchas y resistencias no se construyen en abstracto, sino sobre agendas compartidas, las organizaciones participantes recogieron el testigo del movimiento BDS para impulsar, en las respectivas plataformas de solidaridad con Palestina en las que participan, la convocatoria de una manifestación el 25 de febrero o durante los días cercanos, con el objetivo de lanzar una primera experiencia de jornada de protesta a escala europea. De la misma forma, se informó del encuentro europeo de organizaciones solidarias con Palestina que se celebrará en Barcelona el 16 y 17 de marzo.
Y tan importantes como las discusiones formales fueron y siempre serán los intercambios informales que se produjeron durante el encuentro. La dimensión emocional y afectiva de la camaradería es un pilar en la construcción de organizaciones revolucionarias. Y también lo será en su potencial coordinación internacional. Navegando la permanente tensión dialéctica entre la ambición y la prudencia, las y los participantes del encuentro europeo salieron un poco más cerca de dar el siguiente paso hacia un espacio de intercambio y coordinación entre anticapitalistas de toda Europa que deberá seguir creciendo, pero que ya vuelve a caminar. Pero, como el derrumbe del capitalismo o de los viejos imperios, no llegará solo: dependerá del empuje militante que quienes de ese espacio participen quieran darle. Porque el camino se hace al andar.
Publicado el 16/02/2024 en Punto de Vista Internacional.
- 1CUP (Països Catalans), Anticapitalistas (Estado español), Adelante Andalucía (Andalucía), Alternatiba (Euskal Herria), NPA, Gauche Éco-socialiste y Ensemble, (Francia), Gauche Anticapitaliste (Bélgica), People Before Profit (Irlanda), SolidaritéS (Suiza), Socialistisk Politik (Suecia), Bloco de Esquerda (Portugal), Marx21 (Alemania), Campaign for Socialism / Labour Party-Unions (Escocia), Anametrisi y DEA (Grecia).