Un mes después de las protestas que tuvieron lugar en Cuba el pasado 11 de Julio, el Gobierno no ha hecho grandes cambios y la crisis económica y sanitaria se encuentra en el mismo nivel de gravedad. De esta manera, se mantienen prácticamente los mismos problemas que generaron las manifestaciones.
La aprobación de la ley que da paso a las Pymes no es consecuencia de las manifestaciones. Sólo es analizar el discurso oficial y sus prácticas políticas para percatarse que la máxima dirección del país se enfoca cada vez más hacia las reformas liberales de Vietnam -llamadas Doi Moi- las cuales tienen una alta inspiración dengxiaopinista. Aprobar las Pymes era una decisión preparada de antemano por el Gobierno, la cual si fue ralentizada se debió a la oposición del ala fidelista. En todo caso, las protestas fueron un acelerador para su aprobación.
Uno de los pocos cambios ha sido permitir la entrada de alimentos y medicamentos exentos de impuestos. Pero incluso este ligero paliativo está sufriendo la inoperancia burocrática.
Por otra parte, el pueblo cubano sigue esperando una autocrítica pública por parte del gobierno, donde se expongan de manera convincente los errores que condujeron al 11 de Julio. Al mismo tiempo se necesita el esclarecimiento de los hechos del 11 de Julio, pues el discurso oficial presenta sólo una versión de los hechos y esto es algo que lo sabe un buen sector de la sociedad. Un mes después de las protestas, buena parte de los detenidos en las manifestaciones aún desconocen si serán llevados a juicio o deberán pacientemente esperar a que se les notifique la proscripción de su medida cautelar.
A un mes del 11 de Julio, las causas que generaron las manifestaciones están presentes, la crisis económica actual será muy difícil de superar y a todo ello se le suma el malestar generado por el tratamiento en que el Gobierno dio a las protestas, tanto durante y posterior a los hechos.
Llama la atención negativamente que el Gobierno no ha tomado ninguna medida que implique mayor participación de la clase trabajadora en la toma de decisiones, tanto en el plano económico como político. Al mismo tiempo, el Gobierno continúa minimizando y criminalizado las protestas, lo cual genera mayor descontento y refuerza el discurso de la derecha.
A pesar de todo esto, es muy probable que no suceda otro 11 de Julio, al menos no en los próximos meses. A pesar de que se expande la idea de que fue útil la protesta porque se han visto ciertos cambios, también ha calado la percepción de que es muy grande el riesgo frente a lo ganado. Buena parte de quienes en redes sociales convocan a salir a las calles no participaron en las manifestaciones del 11 de Julio.
El 11 de Julio fue el punto más alto de la grave crisis política que vive el Gobierno cubano y la cual no quiere reconocer. Esto es algo clave para entender las manifestaciones del 11 de Julio: la crisis que hoy vive Cuba no es sólo económica y sanitaria sino, mucho y tan profundo, la crisis actual es política e ideológica. Aunque no lo asuman de manera pública, el Gobierno lo intuye y es por ello que toma fuertes medidas coercitivas contra quienes fueron detenidos en las protestas: quieren darle un escarmiento a quienes participaron en las más grandes protestas desde el triunfo de la Revolución. Sin embargo, con ello no lograrán que la crisis política desaparezca sino que la agravarán.
Comité Editorial de Comunistas
11 de agosto, 2021. Algún lugar de Cuba
Fuente : Comunistas