Ucrania y la cuestión de la autogestión

En su informe de actividades de 2022, el Sotsialnyi Rukh (Movimiento Social) señaló que “la sociedad civil se ha visto obligada a cumplir el papel del Estado y, en lugar de esperar una asistencia más específica, a asumir casi todas sus funciones sociales. ".

Unos meses antes, en septiembre de 2022, durante su conferencia en Kiev, esta organización explicó que “la guerra ha dado lugar a nuevas formas de autoorganización y de política popular. La movilización del pueblo sobre la base de la guerra de liberación nacional ha reforzado el sentido de participación popular en una causa común y la comprensión de que gracias a la gente común, y no a los oligarcas o corporaciones, este país existe. La guerra ha cambiado radicalmente la vida social y política en Ucrania, y no debemos permitir la destrucción de estas nuevas formas de organización social, sino desarrollarlas”. Entre las reivindicaciones presentadas por la conferencia, Sotsialnyi Rukh destacó "En particular, es necesaria la nacionalización de empresas clave bajo el control de las y los trabajadores y público. Introducción de la apertura de libros de contabilidad en todas las empresas, independientemente de la forma de propiedad y participación de las y los asalariados en su gestión, creación de órganos y comités elegidos separados para la realización de este derecho”1 .

Por su parte, Katya Gritseva, integrante de esta organización, en una entrevista concedida durante su estancia en París a la revista francesa Contretemps2 , observaba que "Muchas personas son voluntarias, se implican en la ayuda mutua, crean organizaciones extraestatales para compensar las carencias de un Estado que no está preparado para tal situación. Esta dinámica de autoorganización es contradictoria con el regreso de los conservadores, o de la extrema derecha. Para la izquierda se trata de actuar a favor de esta dinámica, de ayudar a las y los trabajadores, al pueblo, sin pretender darles lecciones a la manera de los estalinistas”. Ksénia de QueerLab a la pregunta sobre la autogestión en Ucrania respondió: "Sí, la práctica de la autogestión está muy extendida. En Ucrania, este tema se discute y es relevante, porque todas y todos están impresionados por el fenómeno de la autoorganización de varios equipos, voluntarios, activistas, ¡cuyo aumento se hizo evidente con el comienzo de una guerra a gran escala! Nuestro equipo también está autogestionado, todos se comprometen y coordinan la dirección. Además, siendo partidarios y partidarias de la estructura horizontal, no tenemos "jefes" o patronos”3 .

Agreguemos que muchos observadores occidentales, sorprendidos por la rápida reanudación de los ferrocarriles ucranianos después de los bombardeos rusos, concluyeron que las empresas privadas nunca podrían haber logrado estas hazañas u organizado de manera tan eficiente la evacuación de refugiados. La asociación Autogestión señaló (11 de marzo de 2022) que “La guerra ha confirmado para unos, revelado para otros, reforzado en todo caso, la existencia de la solidaridad nacional y sobre todo provocado la autoorganización popular. Por iniciativa de las y los trabajadores, se organizó la reconversión de la producción de muchas empresas para apoyar el esfuerzo bélico... Municipios, administraciones locales, grupos de habitantes organizan conjuntamente la vida cotidiana, el abastecimiento, los cuidados, las evacuaciones”.

Esta capacidad de autoorganización de la sociedad civil ucraniana ha sido y sigue siendo una de las claves de su resistencia a la agresión imperialista rusa. En una situación de guerra, puede parecer sorprendente que los explotados y dominados hayan decidido tomar cartas en el asunto, cuando su situación puede parecer desesperada y la resignación o la angustia pueden paralizarlos. Pero es a menudo en situaciones de crisis aguda cuando las y los trabajadores deciden enfrentarse a la "administración de las cosas" (F. Engels) cuando el Estado es incapaz de satisfacer sus necesidades. Manteniendo el sentido de las proporciones, y sin caer en anacronismos, se puede pensar en las y los trabajadores argentinos, que ante despidos masivos deciden tomar su empresa, administrarla ellos mismos, organizar nuevas relaciones de trabajo, nuevas formas de producción ecológica. Se estima que hay casi 20.000 trabajadores que por sí mismos dirigen más de 435 empresas autogestionadas en toda la Argentina (febrero 2022). Pensamos también, en el corazón de la Babilonia del capitalismo, en las cooperativas de trabajadores autogestionadas en los Estados Unidos.

Citemos el ejemplo de Spectrum [sociedad de acceso a Internet] en Nueva York, en la que las y los trabajadores tras una huelga de cuatro años, han desarrollado su cooperativa de acceso a Internet People´s Choice4  y ofrecen a las y los habitantes del Bronx un acceso a internet más barato. Finalmente, para citar a Dicle Amed, miembro del Comité de Economía de las Mujeres de Rojava sobre las cooperativas de mujeres: "Estamos tratando de desarrollar un formato de producción que no esté directamente orientado hacia el dinero y que no se base en el desarrollo de grandes monopolios de producción, pero que satisfaga las necesidades de la sociedad y asegure la autosuficiencia. Eso es lo que hacemos. No obtenemos ganancias con estas cooperativas y no somos accionistas”. Podríamos multiplicar los ejemplos, pero todas estas experiencias, de Norte a Sur, tienen en común la construcción de una economía política de las y los trabajadores como alternativa al capitalismo.

Desde hace varios años, la asociación Autogestión se ha comprometido a editar una Enciclopedia Internacional de Autogestión donde se ofrecen experiencias de autogestión o control obrero desde el siglo XIX hasta la actualidad, así como textos teóricos sobre esta cuestión de autores de un amplio espectro. del movimiento obrero, desde socialdemócratas hasta libertarios. Hasta la fecha, se han publicado 11 volúmenes (de descarga gratuita5 ) en francés. Han aparecido tres volúmenes en español.

La autogestión, una perspectiva política en Ucrania

Surge una pregunta: después de la victoria, ¿recuperará el Estado ucraniano todo su espacio, desposeerá a las y los trabajadores y la población de las capacidades de gestión de la sociedad adquiridas durante la guerra? ¿Serán privados de "casi todas sus funciones sociales" para usar una formulación del Sotsialnyi Rukh, que han asumido durante este período difícil? De acuerdo con la vieja dialéctica "guerra-revolución", uno puede esperar que el pueblo ucraniano no desee ver regresar el orden social y político de antes de la guerra. Sobre la base de su experiencia y de su capacidad para gestionar él mismo las "funciones sociales", habrá que plantear la cuestión de la autogestión democrática a todos los niveles. Recientemente, el tema de la corrupción en los más altos niveles de gobierno ha vuelto al debate público. Está claro que la mejor medicina para este flagelo es el control de las y los trabajadores sobre la gestión de las administraciones. Ningún órgano de control, ninguna comisión de investigación podrá tener la eficacia de los colectivos de trabajadores y trabajadoras que controlan democráticamente el uso de los fondos públicos.

La autogestión puede convertirse en un horizonte común y en un proyecto social. Una utopía concreta que, desde las nuevas prácticas sociales nacidas de la guerra y de una democracia radical, se dote aquí y ahora de los medios para evitar todas las desviaciones burocráticas en la construcción de la alternativa.

La autogestión expresa la aspiración de hacerse cargo de los propios asuntos, de organizarse sin jerarquía y sin patrón, de establecer otras relaciones sociales, pero en el caso de Ucrania también se convierte en una herramienta de resistencia y supervivencia en una situación inédita.  Simultáneamente proyecto, programa y práctica social, la autogestión encuentra su camino a través de la historia de la emancipación. Este es el camino que Solidarnosc quiso abrir en 1980 con su proyecto de República autogestionaria, antes de ser aplastado por la burocracia polaca y rusa. En Ucrania es obvio que se está escribiendo una nueva página, rica en lecciones de la larga historia de autoorganización de las y los explotados. En esta situación, parece que el Sotsialnyi Rukh es sin duda una de las organizaciones más conscientes de estas potencialidades. Sus tareas políticas son inmensas. Las corrientes internacionalistas y anticapitalistas de la izquierda occidental deben apoyarles.

17 de febrero de 2023

Artículo enviado a viento sur por el autor. Traducción: Faustino Eguberri para viento sur.

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