La reunión del Comité Internacional ha tenido lugar del 21 al 25 de Octubre, con la asistencia de más de 80 camaradas, de más de 30 países y varios continentes. Era la primera reunión con presencia física desde la pandemia del Covid.
Los dos últimos años loas reuniones se realizaban por videoconferencia, lo que permitió juntar un gran número de camaradas, pues no había el obstáculo de visas ni de costes de transportes, pero hay que reconocer que, la con la presencia física, las reuniones son de una calidad humana y política muy superior.
Hemos podido acoger nuevas organizaciones como “observadoras” de Brasil, Irlanda y Estados Unidos. Una veintena de organizaciones no han podido participar, en particular por políticas restrictivas de visados.
La reunión ha tenido lugar en el contexto de una situación internacional especialmente compleja, la de una crisis pluridimensional, incluyendo las guerras en Ucrania y en Palestina así como en Myanmar y las situaciones en Filipinas, Indonesia e India, menos conocidas en Europa, que muestran la amplitud de la violencia.
Pero el encuentro de militantes de tantos países que lidian batallas por otro mundo, debatiendo los medios de hacer evolucionar la relación de fuerzas, genera dinámicas humanas y militantes que permiten contemplar con esperanza una contraofensiva.
La discusión se ha estructurado en cuatro grandes debates, en la perspectiva del Congreso Mundial que tendrá lugar en el 2025. El primero se refería al Manifiesto Ecosocialista que propone un programa revolucionario adecuado al periodo actual, el segundo el análisis de la situación mundial, el tercero la construcción de Movimientos de Masas y el cuarto las tareas de la construcción de la Internacional.
Hacia un programa actualizado para derrocar el capitalismo
La reunión empezó con una discusión sobre la preparación de un Manifiesto Ecosocialista de la IV Internacional que queremos adoptar en el próximo congreso. Se trata, a partir del análisis de la situación mundial, de formular perspectivas revolucionarias adaptadas al periodo. El texto es una herramienta para discutir en el seno de la Internacional, entre sus secciones pero también hacia el exterior de cada sección y luego de dirigirse hacia es exterior, volver a dar fuerza a un proyecto alternativo al capitalismo. Desde luego, a pesar de la crisis profunda y pluridimensional del sistema, a pesar de las grandes movilizaciones que existen en el mundo, hoy no hay alternativa positiva de un proyecto que reúna al proletariado. Queremos contribuir a tal perspectiva, dando elementos sobre la sociedad que queremos.
El Manifiesto recuerda el planteamiento transitorio que ha prevalecido en nuestra tradición, haciendo entre por un lado las reivindicaciones inmediatas, las propuestas de las masas, y por el otro lado el cuestionamiento del capitalismo, la propiedad privada de los medios de producción y del Estado, mediante una serie de consignas, de proyectos concretos que marcan el camino hacia otra sociedad. Para cada elemento se trata de reflexionar sobre un planteamiento de apropiación tanto en el plano político y cultural como en lo material.
Es el caso en lo que se refiere a las consignas de temas sociales, los salarios, la protección social y en todos los ámbitos.
El documento, que está en proceso de redacción, a detallado las consignas en lo que se refiere a la necesidad de un programa mundial de decrecimiento justo, ecosocialista, la reorganización del trabajo y de la producción, la igualdad, un programa de desarrollo anti imperialista en los países dominados, así como una actualización de la estrategia de la toma del poder, marcando la relación entre resistencias sociales, experiencias alternativas en Mindanao, en el Rojava, en Chiapas y la necesidad de una estrategia de derrocamiento del orden establecido, de una toma del poder por el proletariado, basada en la autoorganización, la autoemancipación como meta pero también como estrategia para permitir los cambios sociales.
Una situación de crisis profunda del sistema
Después de un día de reuniones regionales (Asia, Europa, América Latina) y de la reunión habitual no mixta de mujeres, el pleno empezó con un intercambio relacionando los diferentes elementos de la situación: pandemia, crisis ecológica, crisis económica y sus consecuencias sobre las luchas sociales, crecimiento de la extrema derecha y de las corrientes neofascistas o ultra autoritarias en varios países y por cierto la guerra. La subida del autoritarismo está analizada en este marco: “las fracciones de la burguesía del mundo han surgido y se han desarrollado para apoyar el neofascismo como solución política-ideológica capaz de endurecer los regímenes, de controlar los movimientos de masas con mano dura, de imponer ajustes brutales y expropiaciones afín de recuperar las tasas de ganancia”. Al mismo tiempo que la crisis económica constituya potencialmente las premisas de nuevas crisis de pago de la deuda al nivel regional, cuando no mundial, con las consecuencias que eso tendría para las clases populares.
Las guerras actuales son un signo de la “reconfiguración del orden geopolítico mundial” actual. Esta tiende a estructurarse en torno al enfrentamiento entre el bloque dirigido por los Estados Unidos y el, en construcción, en torno a China. Otras potencias imperialistas juegan un papel importante, en particular la Unión Europea y Rusia con la guerra en Ucrania. Pero el elemento clave es la capacidad de China para desafiar la dominación de los imperialistas occidentales en sus esferas históricas de influencia.
El CI descarta las orientaciones campistas que pueden existir en algunas corrientes que pretenden que Rusia o China tendrían un papel objetivamente progresista frente al bloque occidental. En realidad los enfrentamientos entre imperialistas no traen sino desgracias a los pueblos y, lo mismo que nos oponemos a la OTAN y a todos los pactos imperialistas, apoyamos las luchas de los pueblos oprimidos en Ucrania, en el Sudan, en Palestina, etc.
Algunas semanas después de la ofensiva del 7 de octubre, el CI ha votado una moción haciendo el vinculo entre Ucrania y Palestina, porque denunciamos tanto las ofensivas militares de Rusia, como las de Israel y defendemos el derecho de los pueblos a librarse, con las armas en la mano, aun si no compartimos la orientación política del gobierno ucraniano y de Hamas.
Reconstruir los movimientos sociales frente a la explotación y las opresiones
El debate siguiente trataba de la intervención en los movimientos sociales. En lo esencial se trataba en el actual periodo de crisis del movimiento obrero a escala internacional, de discutir la necesidad para los revolucionarios de contribuir a la reconstrucción de la conciencia de clase y de sus organizaciones. Lo que significa construir la organización por ellas mismas, por lo que hace a la relación de fuerzas y a la estructuración del proletariado, en particular ayudándose mutuamente, siendo la cuna de reivindicaciones anticapitalistas transitorias y de autoorganización.
La introducción y la discusión alertaron igualmente en contra de los peligros de institucionalización, es decir la integración en el aparato del Estado o a los compromisos con la burguesía, así como de burocratización.
Se trataba también de definir principios para nuestra intervención en esos movimientos sociales. Además de contribuir sinceramente a construirlos, de ayudar a que se coordinen, intervenimos para defender principios democráticos, para combatir la fragmentación y el izquierdismo y para avanzar, con el respeto de los ritmos de los debates, las consignas políticas que ponen en cuestión el sistema. Los sindicatos son la herramienta principal de organización del proletariado, pero también hemos discutido de la intervención en los movimientos feministas, especialmente dinámicos desde hace algunos años, los movimientos campesinos, indígenas, ecologistas, antirracistas, LGTBQI, de discapacitados y tenemos que seguir para el congreso la discusión en particular sobre los movimientos de jóvenes, por los servicios públicos, en contra de la deuda y de la guerra.
Fortalecer la Internacional y sus secciones
La última discusión aborda las tareas de construcción de la Internacional. Se trata, desde el contexto político mundial, de la necesidad como de la posibilidad de poner de relieve un proyecto alternativo a escala internacional, de fortalecer la visibilidad de la Internacional y de sus posiciones políticas.
Hemos avanzado algunos pasos con la instalación del sitio Fourth Internacional, principalmente en inglés, francés y castellano, pero también una actualización muy regular en árabe, principalmente. Nuestros sitios de actualidad Punto de vista internacional, International Viewpoint, Imprecor, nuestra participación en otras varias revistas en línea, así como la edición de libros, nos permiten promover posicionamientos y análisis sobre varios temas. Hemos decidido fortalecer nuestra presencia con equipos de trabajo más regulares.
Finalmente el documento y el debate señalaron el trabajo de fortalecimiento de las instancias como el Buro Ejecutivo, el Secretariado – ya claramente internacional gracias a la video conferencia- las Coordinadoras Regionales, las Comisiones Temáticas. Recuerda también los esfuerzos necesarios en formación, con las escuelas construidas alrededor de los institutos de Amsterdam, Manila e Islamabad, en el trabajo en la juventud y la reconstrucción de campañas de acción internacional, de vuelta tras el retroceso del movimiento alter mundialista.
Por fin reanudamos los debates sobre la necesidad de acciones positivas para las mujeres – y otras personas que sufren la opresión patriarcal – con reuniones no mixtas, la lucha contra las violencias sexistas, la preocupación de fortalecer la presencia de mujeres en las distintas instancias. Esos debates no son simplemente teóricos, hacen relación entre cuestiones de principios y discusiones concretas sobre los problemas que encontramos y como resolverlos. Igualmente con la voluntad de extender esas preocupaciones al conjunto de las esferas oprimidas.
Así se puede decir que, después de la pandemia que, de hecho, ha frenado una serie de actividades de la Internacional, este Comité Internacional permitió retomar el camino de una adaptación de la Internacional a las evoluciones de la crisis del capitalismo, a los logros de las luchas sociales y a la actualización de su proyecto político y militante. Ahora es nuestra responsabilidad colectiva, como instancias de dirección y como militantes de base, de hacer fructificar estos debates, alimentarlos, confrontarlos con nuestras experiencias para fortalecer el papel de nuestra organización en el combate para la emancipación humana.