Amanecer Dorado va a la cárcel... ¡El movimiento antifascista sigue en las calles!

Comunicado de OKDE-Spartakos


 
El colorido río que inundó Atenas y todas las ciudades de Grecia en la mañana del 7 de octubre marcó la conclusión del movimiento antifascista que logró imponer en la corte lo que ya se había logrado en la conciencia de la gran mayoría de la clase obrera y la juventud: Amanecer Dorado ha sido condenado como una organización criminal.

Decenas de miles de trabajadores, miembros de sindicatos y organizaciones políticas, desempleados, inmigrantes, jóvenes, antifascistas, levantaron un muro contra la barbarie fascista y pusieron fin a un ciclo histórico, enviando a Amanecer Dorado y sus ramificaciones a la cárcel y al basurero de la historia. Pavlos y Sahzad, pero también los judíos de Salónica y Ioannina, los asesinados de Kalavrita y Viannos, los héroes de Kokkinia y Kalogreza se pusieron de pie y gritaron con nosotros. Fue una clara victoria de clase, una victoria absolutamente nuestra.

Los neonazis no fueron condenados gracias al supuesto carácter democrático del gobierno. El gobierno de Mitsotakis, como el gobierno de Samaras antes que él, se vio obligado a cortar sus lazos de sangre con los nazis y arrastrarlos a los tribunales bajo el peso de la masiva y multiforme lucha antifascista que, especialmente después del asesinato de Fyssas, se convirtió en una avalancha en todas las ciudades y barrios del país. La Nueva Democracia no se interesó repentinamente en limpiar la sociedad de los asesinos fascistas, que durante tantos años actuaron sin ser molestados con el apoyo abierto de la policía, el apoyo financiero de los armadores y patrones y el blanqueamiento por parte de los medios de comunicación sistémicos. La burguesía temía que el movimiento antifascista se convirtiera en un levantamiento de clase generalizado, y por lo tanto decidió que no podía en ese momento apostar por el fascismo.

Los neonazis no fueron condenados por el cobarde antifascismo institucional de SYRIZA. La constante invocación de la democracia y la normalidad burguesas, sobre todo en condiciones de memorándum y de depreciación del parlamentarismo y del sistema político, sólo consiguió que los nazis aparecieran como los que luchan "contra todos". Peor aún, la marcada tolerancia institucional del gobierno de SYRIZA y el retraso en la celebración del juicio actuaron como viento en popa de la banda nazi.

La condena de Amanecer Dorado fue exclusivamente una conquista del movimiento antifascista de clase. Hace unos años, los nazis parecían invencibles y poderosos en las calles y en los barrios. El papel consciente de las organizaciones políticas, que destacaron la necesidad de un movimiento antifascista de política de frente unido, comités y asambleas antifascistas, acción de masas, incluso el enfrentamiento físico con las bandas nazis; la inestimable contribución de los abogados en los litigios civiles en el tribunal; el instinto de clase entre los barrios y lugares de trabajo de la clase obrera; los reflejos antifascistas de la juventud; la memoria colectiva de las atrocidades de los nazis; el sentimiento democrático de masas que todavía entusiasma a la mayoría del pueblo cada año en el aniversario de la revuelta de la Universidad Politécnica: todo lo anterior creó una situación completamente diferente en pocos años.

El movimiento antifascista ha madurado impresionantemente en los últimos años y eso nos llena de esperanza. Como OKDE-Spartakos, durante décadas, mucho antes de que el Amanecer Dorado se convirtiera en un partido parlamentario, habíamos leído el fenómeno fascista con sus características históricas especiales y habíamos destacado, en la medida de nuestras posibilidades, la urgente necesidad de abordarlo, lejos de la lógica de los frentes "democráticos" interclasistas, así como de las visiones de éste como "simple" paraestado o equiparaciones simplistas de la violencia fascista con la represión del Estado, la arbitrariedad de la patronal, la violencia del desempleo o el conservadurismo social. La contribución a la comprensión del fenómeno y los muchos años de participación constante en las movilizaciones antifascistas hacen que nos consideremos parte orgánica de este movimiento mucho más amplio que derrotó a Amanecer Dorado.

La histórica victoria del 7 de octubre abre nuevas perspectivas para el antifascismo y la lucha de clases en general. Es obvio que ND, queriendo presentarse como garante de la "democracia y la normalidad" planteará la retórica de la "teoría de la herradura". La represión y la dispersión de la manifestación de ayer en Atenas muestra que el gobierno no puede tolerar que decenas de miles de antifascistas celebren la condena de los nazis. La supresión de cualquier movilización en definitiva muestra su actitud hacia los que luchan. Depende de nosotros no permitir que el movimiento sea sofocado.

La lucha contra el racismo y los mitos nacionales sigue siendo pertinente e importante. Tras el aplastamiento de Amanecer Dorado, también aplastaremos la política de exterminio de refugiados e inmigrantes, las ideas nacionales de grandeza y expansión y la carrera armamentista contra Turquía y el resto de los vecinos, el sexismo y el patriarcado, los diversos llamados "indignados" de extrema derecha, que tratarán de llenar el vacío dejado por Amanecer Dorado. No hay tiempo para el descanso, pero tampoco para el pesimismo. Tenemos un largo camino ante nosotros.

 

Atenas, 8 de octubre 2020

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