La causa fundamental de la violencia es la ocupación de Palestina por parte del Estado israelí. El pueblo Palestino ha soportado el impacto de la muerte y la destrucción durante los últimos 75 años. La situación en la Franja de Gaza es particularmente inhumana: aquí, la población ha sido sometida a continuas humillaciones, castigos colectivos y violencia por parte del Estado israelí. Los llamados a realizar una “desescalada” son inútiles, las condenas unilaterales de la violencia por parte de Hamás son hipócritas, mientras no se aborde esta causa fundamental.
El Estado israelí, gobernado por diversas coaliciones, ha adoptado la estrategia de convertir la Franja de Gaza en una prisión al aire libre, sometiendo a su población a ofensivas violentas periódicas. La ofensiva de Hamás ha demostrado el carácter insostenible de esta estrategia inhumana; pero en lugar de buscar formas de poner fin a la violencia y el sufrimiento, el Estado colonial israelí, apoyado por gobiernos de todo Occidente, sólo está redoblando su estrategia, haciendo inevitable que haya más derramamiento de sangre y sufrimiento.
Ya se escuchan voces que exigen una intensificación de la opresión contra el pueblo palestino, con miembros del gobierno israelí adoptando una retórica genocida sobre luchar contra "bestias inhumanas", y llamados absolutamente cínicos al pueblo palestino para que abandonen la Franja de Gaza si quieren salvarse de las operaciones israelíes. Esto significa empeorar aún más una situación que está generando muchas víctimas civiles palestinas e israelíes, víctimas que lamentamos.
Condenamos la hipocresía de quienes actúan como si la violencia surgiera de la nada e ignoran 75 años de opresión colonial al pueblo palestino por parte del Estado de Israel. Nada puede justificar el dirigir ataques contra civiles, y esta norma debe respetarse universalmente al condenar todos los crímenes de guerra. Nos negamos a unirnos al coro de quienes condenan la violencia cuando la cometen palestinos, pero la ignoran o, como los gobiernos occidentales, la apoyan activamente en la forma de continuos crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad cuando es cometida por el Estado de Israel. La denominada comunidad internacional es profundamente cómplice de hacer que la violencia sea inevitable, y no ofrece soluciones para abordar lo que la ocasiona: la continua ocupación de los pueblos palestinos. Esta opresión, llevada a cabo por un Estado que es vastamente superior militarmente y además es apoyado por los países más poderosos del mundo, hará inevitables futuras explosiones violentas. Todos aquellos quienes durante décadas han apoyado esta ocupación, son responsables.
No compartimos la estrategia y las tácticas de Hamas porque este camino no puede poner fin a la ocupación, que es la única manera de poner fin a la violencia. El fin de la ocupación sólo es posible mediante la resistencia colectiva de las masas palestinas, junto con los activistas contra la guerra en el Estado de Israel, y con el apoyo de sus aliados internacionales. Como Cuarta Internacional, nos enorgullecemos de estar entre estos aliados.
Estamos con el pueblo palestino en su continua resistencia contra el colonialismo israelí y su lucha por la autodeterminación. Por eso llamamos a que se intensifiquen el apoyo a la campaña de BDS, las declaraciones y las manifestaciones de solidaridad con el pueblo palestino.
Nuestros objetivos son poner fin al colonialismo israelí y un Estado con iguales derechos para todo su pueblo. En el nivel inmediato, exigimos el cese de las acciones del Estado israelí contra la población palestina en Gaza, Cisjordania y Jerusalén Este; y el fin de las relaciones de cualquier tipo con el régimen colonial de apartheid israelí.
10 de octubre 2023