USA: Huelga por primera vez en las tres grandes empresas del sector automovilístico.

El sindicato United Auto Workers (UAW), cuyos 450.000 miembros trabajan principalmente en plantas de fabricación y repuestos, ha golpeado por primera vez en su historia a las tres mayores empresas estadounidenses de la industria automotriz: Ford, General Motors y Stellantis (Chrysler y Jeep). El sindicato está en huelga demandando un aumento salarial del 40% sobre cuatro años, el reestablecimiento de las pensiones, servicios de salud para los jubilados, subsidio por el aumento del costo de la vida, más vacaciones pagadas, una mayor participación de las utilidades, semanas laborales de 32 horas y eliminar las horas extras forzadas.

El sindicato quiere, en particular, poner fin a los niveles y al "trabajo temporal", que puede durar años y no proporciona beneficios. El UAW también busca garantizar la seguridad laboral sindicalizada a medida que la industria hace la transición hacia los vehículos eléctricos (EVs). La estrategia del sindicato es realizar huelgas sólo en plantas seleccionadas. Ha comenzado por parar tres de 54 plantas, una de cada empresa, aquellas que producen camiones altamente rentables.

El presidente del sindicato, Shawn Fain, dijo a los miembros poco antes de la huelga:

Las empresas saben cuáles son nuestras prioridades. Han obtenido un cuarto de billón de dólares de ganancias en América del Norte durante la última década mientras pagan cinco centavos a nuestros miembros todos los días. Aumentan los precios al consumidor americano y exprimen al contribuyente estadounidense por cada centavo que puedan obtener. Los tres grandes pueden permitirse darnos de inmediato nuestra parte justa; si deciden no hacerlo, son responsables de la huelga.”

“Una batalla de la clase obrera contra los ricos”

Fain, de 54 años y electricista sindicalizado desde hace 29, ha sido dirigente sindical durante veinte años, sirviendo primero como miembro del comité de oficios calificados y presidente de taller en una planta de Stellantis; y después durante diez años siendo representante internacional del UAW. Fue respaldado por Unite All Workers for Democracy, una lista reformista, y ganó la presidencia a principios de este año por una diferencia de sólo 500 votos. Él culpa a los antiguos dirigentes sindicales corruptos del UAW, aliados de las empresas, por hacer concesiones en materia de salarios, pensiones y costo de vida. Fain, que comienza cada día leyendo la Biblia y rezando, lanzó la huelga citando varias veces los Evangelios y llamó a sus miembros a tener fe en sí mismos.

Siempre he creído que los miembros del UAW sirven a un poder superior, tenemos una misión y un llamado. Luchamos no sólo por el bien de nuestro sindicato o por el bien de nuestros miembros y nuestras familias; luchamos por el bien de toda la clase trabajadora y de los pobres... Les digo esto, estoy en paz con la decisión de huelga si fuese necesaria porque sé que estamos en el lado correcto en esta batalla, porque es una batalla de la clase trabajadora contra los ricos, los acaudalados contra los que apenas tienen, la clase multimillonaria contra todos los demás.

Las encuestas muestran que el 75 por ciento de los estadounidenses respalda a los huelguistas del UAW, y el presidente Joseph Biden y el Senador Bernie Sanders ambos han manifestado su apoyo.

Luchar por el futuro del sindicato

Los miembros del UAW están en huelga para defender su sindicato y su futuro. Desde la década de 1940 hasta la de 1970, el UAW representó a la mayoría de los trabajadores de la industria automotriz. Durante esos años, bajo el liderazgo de Walter Reuther, un socialdemócrata, el UAW fue el estandarte del movimiento obrero estadounidense. El sindicato alcanzó un máximo de 1.5 millones de miembros en 1979.

Desde los 70s hasta la década del 2000, el UAW perdió su dominio de la industria a medida que empresas extranjeras como Volkswagen, Toyota, Hyundai, entre otras, establecieron plantas en Estados Unidos y resistieron con éxito la sindicalización. Hoy esas empresas manufacturan la mitad de todos los automóviles fabricados en Estados Unidos, y ninguna de ellas está sindicalizada. Al mismo tiempo, los dirigentes sindicales firmaron acuerdos de asociación con las empresas y los dirigentes se corrompieron, robando al sindicato.

El desafío hoy es la transición de los motores de combustión interna a los vehículos eléctricos. Las plantas de vehículos eléctricos requieren menos mano de obra y casi todas las baterías utilizadas en esos vehículos se producen en plantas no sindicalizadas. La empresa Tesla de Elon Musk, que produce vehículos eléctricos, no está sindicalizada.

Es importante entonces ganar esta huelga no sólo para lxs afiliadxs y jubiladxs, sino también para demostrar la voluntad y la capacidad del sindicato de luchar por su futuro.

17 de septiembre de 2023

Traducción fourth.international de International Viewpoint

Dan La Botz