Dos de los más importantes contingentes del proletariado mexicano, el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) y el Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos y Similares de la República Mexicana (SNTMMSRM), están librando una dura batalla para preservar sus organizaciones, sus contratos y su fuente de trabajo. Estos conflictos vuelven a poner la lucha de clases al centro de la política de ese país.
Estos conflictos han desnudando el odio clasista y la infamia de un régimen, surgido de un escandaloso fraude electoral en 2006, que pretende la destrucción de estas organizaciones sindicales para profundizar la mercantilización de todos los servicios públicos, “flexibilizar” las leyes laborales y facilitar la aplicación de un brutal paquete de reformas económicas que echan sobre los hombros de trabajadores el peso de una crisis provocada por la avaricia patronal.
El 10 de octubre de 2009, el gobierno derechista de Felipe Calderón envió fuerzas del ejército para ocupar las instalaciones de la empresa pública Luz y Fuerza del Centro (LyFC), en acatamiento de un ilegal decreto que extinguía a esta empresa, dejando en la calle a 44 mil trabajadores electricistas y en la indefensión a 22 mil jubilados. El gobierno trato de justificar esta medida argumentando supuestas “ineficiencias” y “privilegios” por parte de los trabajadores, en realidad su propósito es privatizar el servicio público de electricidad, su red de fibra óptica y destruir a un sindicato que es ejemplo de combatividad y democracia en la historia de ese país.
Por su parte los trabajadores mineros --de la histórica mina de Cananea, de Sombrerete y de Taxco--, llevan más de dos años de huelga exigiendo mejores condiciones de seguridad e higiene a la multimillonaria empresa denominada “Grupo México”. Hace casi tres años en la mina de carbón “Pasta de Conchos”, propiedad de ese mismo grupo empresarial, ocurrió una terrible tragedia que costó la vida de 62 trabajadores, debido a la carencia de las más elementales medidas de seguridad. El pasado 12 de febrero la huelga de Cananea, del estado de Sonora, fue declarada ilegal y ahora el gobierno prepara su recuperación utilizando fuerzas policiacas o militares. Los trabajadores han respondido que no entregarán las instalaciones de la mina aún a costa de sus vidas.
El próximo 16 de marzo, fecha en la que se debería revisar su contrato colectivo de trabajo el SME, un amplio agrupamiento de sindicatos y de otros movimientos sociales han convocado a la realización de un Paro Nacional hasta la solución de los conflictos minero y electricista. De esa prueba de fuerza dependerá, en gran medida, el futuro inmediato de la clase obrera mexicana.
La Cuarta Internacional manifiesta su incondicional solidaridad con la lucha de los trabajadores electricistas y mineros mexicanos y convoca a todas sus secciones, simpatizantes y a los trabajadores de todos los países, a que el próximo 16 de marzo se realicen acciones de protesta en contra del gobierno mexicano en todas las embajadas de México en el mundo.
Bruselas, Bélgica a 26 de febrero de 2010
¡Viva la clase trabajadora!
¡Viva el internacionalismo proletario!